Gabriel García Márquez, en medio de su miseria dorada, tenía acceso a dos casas de amigos durante su estancia en París. La primera fue la de Vieco, su compatriota, en la rue Guénégaud, y la otra fue la buhardilla de un grupo de amigos franceses que vivían en la calle Cherubini y organizaban fiestas muy regulares y muy divertidas. Desde esa buhardilla, en la primera casa de la rue Cherubini, se divisaba fácilmente el número 12 de la rue Chabanais donde había funcionado el burdel o maison close más famoso y elegante de París desde 1878 a 1946 (Le Chabanais); entre sus clientes se notaron Toulouse-Lautrec, el Príncipe de Gales y muchas estrellas de Hollywood.
«Mayo de 1957. Amigos: ahora los tenía por docenas. Había aprendido francés, manejaba el argot como un auténtico parisino, conocía de memoria todas las canciones de Georges Brassens y era siempre, con su guitarra y sus vallenatos, el centro de atracción de un grupo de jóvenes franceses que cada viernes se reunían en una buhardilla de la rue Cherubini llamada por ellos le grenier (el granero). Eran fiestas estrepitosas con mucho vino y pan y quesos como principal sustento».
Plinio Apuleyo Mendoza, «Gabo Márquez en el París de los años cincuenta», Semana, Bogotá, 23 de junio de 2012.