Uno de los lugares asociados con las especulaciones metafísicas de Horacio (o patafísicas, tal y como él las habría calificado él). La rue de la Huchette se había mencionado ya en Rayuela cuando Horacio trata de imaginar dónde estará la Maga mientras él lee despectivamente unas páginas de la novela de Galdós que ha empezado su amante)
«Sí, pero quién nos curará del fuego sordo, del fuego sin color que corre al anochecer por la rue de la Huchette, saliendo de los portales carcomidos, de los parvos zaguanes, del fuego sin imagen que lame las piedras y acecha en los vanos de las puertas (…) Incurables, perfectamente incurables, elegimos por tura el Gran Tornillo, nos inclinamos sobre él, entramos en él, volvemos a inventarlo cada día, a cada mancha de vino en el mantel, a cada mancha del moho en las madrugadas de la Cour de Rohan…»
Rayuela (capítulo 73)