En enero 1797 tuvo lugar la primera ceremonia de la Teofilantropía en la iglesia de Sainte-Catherine, que estaba situada donde hoy está esta plaza. El español Andrés María de Santa Cruz, que había venido de su exilio en Londres para unirse a la Revolución, fue propagandista de esta nueva religión humanista.
«La religión cristiana estaba prohibida pero la ley permitía adorar a Dios. Fundóse en París la sociedad de los teofilántropos. La filosofía materialista de Santa Cruz se avino bien con los dogmas de la nueva religión. Compuso un libro titulado El culto de la humanidad».
Reseña de El culto de la humanidad, por S. Bermúdez de Castro