La fortuna editorial de Ramón empezó, gracias a su muy amigo Valery Larbaud, con Échantillons, editado en 1922 por Bernard Grasset, en traducción de Larbaud y Mathilde Pomés. Luego salió Seins (1924), editado por Cahiers d’Aujourd’hui, con ilustraciones de Pierre Bonnard.
Pero pronto su editor iba a ser el gran Simon Kra, que en sus Éditions du Sagittaire sacó La veuve blanche et noire (1924), traducido por Jean Cassou y prologado por Larbaud; Le docteur invraissemblable (1925), traducido por Marcelle Auclair y prologado por Cassou; Gustave l’incongru (1927), traducido por Cassou y André Wurmser; Le cirque (1927), traducido por Adolphe de Falgairolle, y del cual al año siguiente salió, con otro pie (Trémois), una edición de bibliofilia, con aguafuertes de Marcel Vertès; y Ciné-Ville (1928), traducido por Marcelle Auclair.
En 1925 prologó el libro póstumo de Apollinaire Il y a, editado por Albert Messein en su colección «La Phalange». También salieron en París algunos libros en español, editados por la Agencia Mundial de Librería: Las 636 mejores greguerías (1925 circa), El torero Caracho (1926), 6 falsas novelas (1927), y El caballero del hongo gris. En cuanto a revistas, encontramos textos suyos en Bifur, Cahiers d’Art, Europe, el número de homenaje a Larbaud de Intentions, La Revue du Cinéma, Le Navire d’Argent, Les Écrits Nouveaux, y la dadaísta Littérature.
«Toda una larga tarde estoy encerrado en la casa editorial Kra, firmando libros y libros del servicio usual de la casa, críticos, directores, senadores, diputados, jefes de policía. ¡Ese es París y su manera de hacer la propaganda!»
Juan Manuel Bonet