Ruta por París del escritor mexicano Octavio Paz, premio Cervantes y premio Nobel de Literatura, desde su primera casa al hotel Lutetia.
El escritor Jacques Roubaud rememora en el hotel Saint-Simon de París la creación del poema colectivo Renga, escrito por cuatro grandes escritores en el sótano de un hotel de lujo parisino siguiendo un método japonés y bajo la dirección de Octavio Paz.
31 de marzo de 1914: Nacimiento, en la ciudad de México, de Octavio Paz Lozano.
1914-1930: Infancia y juventud en el barrio de Mixcoac, a donde su poesía volverá repetidamente.
1930-1936: Ingresa a la Escuela Nacional Preparatoria. Tempranas manifestaciones del don poético, que el joven Paz reconoce y que abrazará como destino. Funda Barandal, primera en una larga serie de revistas literarias.
1937: Dos breves libros de poemas ¡No pasarán! (1936) y Raíz del hombre (1937) le valen la invitación de Neruda y Alberti para representar, a los veintitrés años, a la joven poesía mexicana en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura celebrado en Valencia en el vértigo de la Guerra Civil. De vuelta de España, primera estancia en París, ciudad previamente recorrida, con fervor, en sus lecturas.
1943-1945: Vive con penurias en los Estados Unidos. Su sentimiento de extranjería lo obliga a interrogarse sobre su identidad.
1945-1951: Ingresa al Servicio Diplomático y se le envía, con cargo de tercer secretario, al París de posguerra, donde se relaciona con el grupo surrealista y traba amistades fecundas con poetas, artistas, intelectuales. Reúne por primera vez su obra poética bajo el título Libertad bajo palabra (1949), libro que se irá transformando en subsecuentes ediciones. En los ratos libres que le deja el trabajo oficinesco escribe su célebre ensayo sobre el alma mexicana El laberinto de la soledad, publicado en México en 1950, y un libro de poemas en prosa, ¿Águila o sol? (1951), acaso su obra más afín a la estética surrealista.
1951: Prepara para la revista argentina Sur una recopilación de documentos sobre el sistema concentracionario soviético, con la que firma su ruptura definitiva con el comunismo y se gana la enemistad «duradera» de la izquierda. Primer viaje a Oriente. Labores diplomáticas en India y Japón.
1954-1958: Se establece en la Ciudad de México. Publica El arco y la lira (1956), luminoso ensayo sobre el fenómeno poético, y una de sus obras maestras: el poema Piedra de sol (1957). Aparece en París un primer libro en traducción francesa, la recopilación antológica intitulada Aigle ou soleil? (1957).
1959-1962: Se establece por segunda vez en París. Escribe los poemas que compondrán Salamandra. Aparece en la editorial Gallimard la traducción al francés de Pierre de soleil en versión de Benjamin Péret.
1962-1968: Es nombrado embajador de México en la India. Viajes incesantes por el subcontinente. El descubrimiento del crisol de culturas que es la India se revelará como una experiencia cardinal en su vida y su pensamiento. Contrae matrimonio con Marie José Tramini, a lo cual se referirá como un segundo nacimiento. Escribe los poemas que irán a dar a Ladera este y un poema de significativa ambición formal: «Blanco». Dimite de su cargo de embajador como protesta tras la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de Tlatelolco.
1970: Imparte cátedra en diversas universidades de Inglaterra y los Estados Unidos. Escribe otro de sus libros clave, El mono gramático, y publica el ensayo Posdata en que reexamina y matiza, a la luz del presente, temas tratados en El laberinto de la soledad.
1971 a 1976: De regreso en México, funda la revista de crítica y creación Plural, que cerrará en 1976 tras las maniobras del Gobierno contra el periódico Excélsior, pero que renacerá de inmediato como Vuelta, la revista literaria más importante de su tiempo en el orbe hispánico, que solo dejará de aparecer con la muerte del poeta. Publica Los hijos del limo (1974), libro de ensayos sobre la modernidad y las vanguardias, Vuelta (1976), libro de poemas del retorno a su patria, y un intenso poema autobiográfico, Pasado en claro, donde la mirada y la memoria del poeta escudriñan y recrean sus años de infancia y juventud.
1979: Aparece El ogro filantrópico, que recopila reflexiones políticas.
198:1 Primer escritor mexicano en recibir el Premio Cervantes.
1982: Publica Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, ensayo capital sobre la poetisa novohispana y el clima intelectual del virreinato.
1983-1989: Años de escritura, viajes incesantes. Reconocimiento unánime, planetario, de una obra de primer orden. Se pronuncia vigorosamente contra las anquilosadas burocracias comunistas. Publica Árbol adentro (poesía, 1976-1987).
1990: Los privilegios de la vista, una gran exposición de artes visuales, honra en la Ciudad de México la constancia de su lúcida pasión por el arte. Recibe el Premio Nobel de Literatura.
1991-1997: Comienza la preparación de sus Obras completas en edición de autor. Aparecen sucesivamente Itinerario (1993), La llama doble (1994) y Vislumbres de la India (1995).
19 de abril de 1998: Muere en la Ciudad de México a los ochenta y cuatro años de edad.
Por Alain-Paul Mallard
El 30 de junio de 1937, en un andén de la Gare Saint-Lazare, el joven Octavio Paz pisa por primera vez París, ciudad que más adelante en su vida sería su destino natural y con la cual establecería sólidos vínculos. Tiene veintitrés años y va camino a Valencia para asistir, en plena Guerra Civil, al Congreso de Escritores Antifascistas. A su regreso, Paz y su mujer de entonces, la futura escritora Elena Garro, se instalan, de mediados de octubre a mediados de diciembre, en la capital francesa.
Visita largamente anticipada en lecturas juveniles, las calles de París están pobladas de fantasmas literarios. Pero también de presencias: en esas intensas semanas Paz frecuenta a Neruda y conoce a Vallejo; se topa con Miguel Hernández al salir del Louvre; Alejo Carpentier lo presenta en el salón de Youki y Robert Desnos.
Volverá a pisar París en 1945, ahora con cargo diplomático: segundo (y después tercer) secretario en la Embajada de México. Descubre una ciudad recién liberada empobrecida y humillada, pero sacudida por estimulantes debates intelectuales.
Paz frecuenta y capitanea a un azaroso grupo de amigos (los más de ellos latinoamericanos) al que nada unía excepto la búsqueda, el tedio, la desesperación, el deseo: Blanca Varela y Fernando de Szyslo, Carlos Martínez Rivas, Julio Cortázar, Joseph Palau i Fabre, Rufino Tamayo, Monique Fong, Jean-Clarence Lambert, Arturo Serrano Plaja.
El poeta Benjamin Péret, quien había pasado en México los años de la guerra, le abre las puertas del círculo surrealista, lo cual permite a Paz el que acaso sea su encuentro capital: André Breton. A lo largo de su vida y obra, Paz mantendrá vivo y vigente un fecundo diálogo con Breton el hombre, su moral, su estética, sus ideas. En las periferias del surrealismo, Paz traba amistad con André Pieyre de Mandiargues y Georges Schehadé, con Julian Graq, con Henri Michaux.
En otros ámbitos conoce a Roger Caillois y a un joven filósofo rumano apellidado Cioran. Y, gracias a la actriz María Casarès, intima con una figura de rectitud sin tacha y gran vigor: Albert Camus. Pero su amigo más cercano de aquel primer periodo parisino es el joven filósofo y marxólogo griego Kostas Papaïoannou, tan irreverente como lúcido, un conversador genial.
Paz permanecerá en la capital francesa hasta 1951 (seis años). Durante este periodo, reúne sus poemas en Libertad bajo palabra (primera edición, 1949) y escribe libros fundamentales: El laberinto de la soledad y ¿Águila o sol?
Paz vuelve a vivir en París entre 1959 y 1962, nuevamente con cargo diplomático, pero, antes que nada, con el prestigio creciente de una obra en marcha. Una antología bilingüe de su poesía circula ya en París, y Péret ha vertido al francés Piedra de sol, obra maestra incontestable, que las ediciones Gallimard publicarán en 1962. La presencia de Paz comienza a pesar en el debate intelectual. A las amistades e interlocutores de la década previa se suman Yves Bonnefoy, Jean Paulhan, Claude Roy, Kostas Axelos, Max Ernst, Cornelius Castoriadis. A aquellos años se debe un libro clave, con el que renueva su poética: Salamandra. Nombrado embajador de México en la India, Paz trueca París por la exuberante Nueva Delhi.
Fiel a París, volvió acompañado de su esposa, la francesa Marie José Tramini siempre que pudo. En 1968, tras su enfrentamiento con un ogro manchado de sangre: el Estado Mexicano. En 1969, para encerrarse en un sótano a escribir a cuatro manos Renga, un poema colectivo. Son hospedados por Claude Gallimard, para resolver asuntos editoriales, cosechar condecoraciones (como el Premio Tocqueville, que acepta en Valognes, en 1989, de manos del presidente Miterrand) o, simplemente, reencontrarse y conversar con los amigos Roberto Matta, Severo Sarduy, Claude y Denise Esteban, Jacques Roubaud, Pierre Alechinsky, Valerio Adami… Su última estancia tuvo lugar en la primavera de 1996.
La página inicial de su libro postrero, Vislumbres de la India, ofrece inspiradas líneas que son cita obligada para asomarnos al París de Octavio Paz y al Octavio Paz de París:
En 1951 vivía en París. Trataba de escribir y, sobre todo, exploraba esa ciudad que es tal vez el ejemplo más hermoso del genio de nuestra civilización: sólida sin pesadez, grande sin gigantismo, atada a la tierra pero con voluntad de vuelo. Una ciudad donde la mesura rige con el mismo imperio, suave e inquebrantable, los excesos del cuerpo y los de la cabeza. En sus momentos más afortunados una plaza, una avenida, un conjunto de edificios la tensión que la habita se resuelve en armonía. Placer para los ojos y para la mente. Exploración y reconocimiento: en mis paseos y caminatas descubría lugares y barrios desconocidos pero también reconocía otros, no vistos sino leídos en novelas y poemas. París era, para mí, una ciudad más que inventada, reconstruida por la memoria y por la imaginación. Frecuentaba a unos pocos amigos y amigas, franceses y de otras partes, en sus casas y, sobre todo, en cafés y en bares. En París, como en otras ciudades latinas, se vive más en las calles que en las casas. Me unían a mis amigos afinidades artísticas e intelectuales. Vivía inmerso en la vida literaria de aquellos días, mezclada de ruidosos debates filosóficos y políticos. Pero mi secreta idea era la poesía: escribirla, pensarla, vivirla. Agitado por muchos pensamientos, emociones y sentimientos contrarios, vivía tan intensamente cada momento que nunca se me ocurrió que aquel género de vida pudiera cambiar.
Por Alain-Paul Mallard
Calles que no se acaban nunca, calles caminadas como se lee un libro o se recorre un cuerpo.
(Octavio Paz, 1930: Vistas fijas).
«Viene caminando por el boulevard Saint Michel». Así comienza Blanca Varela su estampa sobre Octavio Paz en el París de finales de la década del cuarenta. Él, por su parte, en el texto que dedica a la poeta peruana y que se ocupa de aquellos mismos años, recuerda:
Caminábamos mucho. Un muro nos detenía: sus manchas nos entregaban revelaciones más ricas que los cuadros de los museos.
Al barajar las escasas fotos de la época, descubrimos que varias retratan a Paz andando por la calle: ataja el aire invernal en la explanada de Trocadero para que el pintor Fernando de Syszlo encienda un cigarrillo; con José Bianco, conversa en el Pont de la Concorde; de saco cruzado, avanza por el Boulevard des Capucines al lado la entrañable Monique Fong, a quien solía acompañar a pie hasta la puerta de su casa en demoradas caminatas que fueron, para ella, una educación poética.
La marcha a dos fomenta el diálogo, el comercio de ideas y de impresiones: abona la amistad. La caminata solitaria permite la especulación filosófica, la escucha de las desbocadas voces de la propia conciencia. Si se es poeta, caminar es buscar la cadencia y medir el pie del verso, perseguir la rima esquiva: contar y cantar. Y dejarse deslumbrar, a cada paso, por la maravilla de estar vivo.
Poética de la marcha en Octavio Paz
Vasto programa. Tema y título para un ensayo futuro. Un capítulo de este se ocuparía sin duda de las calles de París y de sus adoquines de granito: Paz las recorrió infatigablemente, ya solo, ya acompañado, durante su primera residencia (1945-1951). El ensayista sin duda se detendría a examinar un tópico literario: la influencia de la flanêrie baudeleriana puesta al día, revigorizada, trastocada, por los surrealistas. Citaría in extenso aunque apresuradamente «Peatón», de Días hábiles:
Iba entre el gentío
Por el bulevar Sebastó,
Pensando en sus cosas.
El rojo lo detuvo.
Miró hacia arriba:
sobre
las grises azoteas, plateado
entre los pájaros pardos,
un pescado volaba.Cambió el semáforo hacia el verde.
Se preguntó al cruzar la calle
En qué estaba pensando.
Y enseguida se aboca a analizar minuciosamente e intentar aportar una interpretación del incandescente Noche en claro, poema de deambulación nocturna en compañía de André Breton y Benjamín Péret, últimos guardianes del fuego sagrado del Surrealismo. Los tres poetas, a la escucha de signos, recorren una ciudad cargada de inminencias. Se dispersan luego en la noche. La ciudad de París se despliega, y ciudad y mujer amada se funden y confunden en una «Ciudad Mujer Presencia» cuyas palabras son de piedra pero cuya lengua es lluvia. Mucho podría decirse. Pero una respuesta más aventurera sería salir a deambular.
El presente paseo señala puntos de una ruta, vértices del mandala que los pasos de Octavio Paz trazaron sobre los empedrados de París.
Están los puntos, faltan las frases. Como en aquellos dibujos que tuvimos de niños, hay que ir uniendo puntos numerados para ver aparecer el dibujo. Se trata, pues, de un simple pretexto, de una invitación a redescubrir París. A pie.
Alguna estrecha perspectiva que de pronto se resuelve en plaza; el reflejo en las vitrinas de un fugaz vuelo de pichones; la dorada luz oblicua que alarga en la acera la sombra de unas piernas (semillas de arce, tan art-nouveau, regadas por el suelo); el abrazo de una pareja bajo una arcada; revelaciones en las manchas pardas de un muro.
Echemos a andar de mano del poeta. En alguna esquina aguarda, siempre imprevista, siempre imprevisible, la poesía.
Nuestra ruta sugiere un itinerario que recomendamos teniendo en cuenta la geografía de París y tras haber realizado a pie el recorrido, pero la ruta puede ser realizada partiendo de distintos puntos y siguiendo diversos caminos de acuerdo a la planificación, el interés o el tiempo del que se disponga o que se le quiera consagrar.
La ruta de Octavio Paz es la más larga de todas las que engloba el portal Rutas Cervantes. Normalmente, la mayoría de las rutas se pueden hacer caminando en una o dos jornadas, pero para hacer completa esta ruta a pie de más de una veintena de puntos se pueden precisar varias.
La ruta recorre los cuatro puntos cardinales de la capital francesa. Comienza en el oeste y termina en el este después de haber pasado por el norte y el sur de la capital, en donde se ubican la mayoría de lugares.
Nuestro punto de partida para realizar la ruta completa es la primera vivienda en la que residió el premio Nobel mexicano, en el boulevard Victor Hugo, al oeste de París, muy cerca del bosque de Boulogne.
Desde ahí se puede afrontar fácilmente el primer puñado de lugares que se encuentran en su mayoría en el distrito XVI de la capital francesa, uno de los barrios más selectos en el que se ubican numerosas embajadas, en una de las cuales, la de México, trabajó Octavio Paz a su llegada a París.
Al lado mismo de la antigua vivienda de Paz se encuentra el Square Lamartine, un jardín que se incluye en la ruta, y siguiendo las avenidas aledañas de Henri Martin y Georges Mandel, se puede llegar desde este punto al Trocadero y, posteriormente, a la cercana Embajada de México, en donde Paz trabajó durante años como diplomático.
No muy lejos de la embajada, en la avenida Marceau, todavía en el decimosexto distrito, se sitúa la biblioteca Octavio Paz del Instituto Cervantes. Es el último punto de esta zona, la mayoría de los próximos lugares se encuentran en torno a la Avenida de los Campos Elíseos, en el octavo distrito.
Es el caso del hotel Vernet que se ubica cerca de la célebre avenida y del Petit Palais. En ese mismo distrito, pero un poco alejado, en la conocida calle Faubourg Saint Honoré, se encontraba una galería de arte en la que expuso Rufino Tamayo, hoy desaparecida.
El punto geográfico de la galería es el último por esta zona. Después, la ruta se va hacia el norte, en concreto hacia la estación de trenes de Saint-Lazare, a la que llegó Paz en su primer viaje a París. Desde allí es preciso subir una larga cuesta para llegar al punto más al norte de la ruta, el barrio de Montmartre, y en concreto al Molino Rojo, el único testigo inalterable de la época en la que Octavio Paz iba al café Cyrano, el centro de reunión de los surrealistas que se encontraba al lado del célebre cabaret y que hoy ha sido transformado en hamburguesería.
Tras este punto es preciso comenzar un descenso que tiene una escala primero en el número 42 de la rue Lafontaine, que Paz visitó varias veces porque allí vivía el ideólogo del surrealismo, André Breton. Posteriormente, ya en el noveno distrito, al final del descenso, en la zona de los Grandes Boulevares, se encuentran los «restos» del Café d’Angleterre, también transformado en un restaurante de comida rápida. De los dos lugares casi no queda ni rastro hoy, al menos en la fachada. El café pertenece hoy en día a una cadena de hamburgueserías y la casa de André Breton no se ve desde la calle porque en el número 42 se edificó el Teatro Comédie de París.
Tras visitar estos lugares es preciso cruzar el río y trasladarse a la orilla izquierda del Sena para adentrarse en el corazón de la ruta de Octavio Paz, que se encuentra en el sexto distrito. Los puntos más recomendados como el hotel literario Pont-Royal, la Editorial Gallimard, el hotel Saint-Simon, la Casa de América Latina y el hotel Lutetia. Están en una pequeña zona en la que todos son vecinos y no están distanciados más de doscientos metros (a menudo por menos de cien o incluso de veinte).
Esta zona es altamente recomendable para la ruta por el simbolismo y la relación que estos lugares tuvieron en la vida de Paz y la facilidad del paseo y cercanía entre sus distintos puntos, cada cual cargado de historia.
Más allá de este barrio, conocido como Saint-Germain, la ruta toma rumbo hacia el sur-sureste, con una escala en el boulevard Montparnasse, el desaparecido hotel des Etats Unis y, a continuación, prosigue hacia el sur con dos viviendas en las que residió Paz temporalmente.
La ruta concluye en la un tanto alejada Ciudad Universitaria, donde se encuentran el restaurante Montsouris y la Casa de México, al sureste de la capital.
El recorrido tiene solo un punto fuera de ruta, la sede histórica de la Universidad de la Sorbona, en el corazón del quinto distrito, fronterizo con el sexto, en el que se encuentran la mayoría de los principales puntos de la ruta, por lo que también es una opción visitar este lugar mientras se visita el boulevard de Saint-Germain.
La referencia de la distancia que se da de un punto fuera de ruta que aparece en la línea de distancias, en la galería fotográfica, está medida desde el kilómetro cero de Francia, que se ubica en la Plaza de la Catedral de Notre Dame de París.
La ruta nocturna de Paz transcurre solamente por el corazón de Saint-Germain des Prés y es más corta.
Alberto Ruy-Sánchez, Una introducción a Octavio Paz, Cuadernos de Joaquín Mortiz, México, 1990 (ISBN 968 27 0410-3).
Correspondencia: Alfonso Reyes / Octavio Paz (1939-1959), 1999.
Diana Ylizaliturri, «Cronología de Octavio Paz» (artículo de revista), 2000.
Octavio Paz: México’s Muse (vídeo), 2000.
Dónoan et. al., Octavio Paz: premio de literatura en lengua castellana «Miguel de Cervantes» 1981, 1990.
Octavio Paz, 2005 (dirección y presentación, Joaquín Soler Serrano; productor, Jesús González; realización, Ricardo Arias).
Enrique Ruiz-Fornells, La India de Octavio Paz: testimonio y pensamiento, 2000.
Guillermo Sheridan, Octavio Paz en París: seis paisajes, 2005.
Manuel Ulacia, Octavio Paz en México, 1956-2001.
Fernando Vizcaíno, Biografía política de Octavio Paz o La razón ardiente, 1993.
Inicio:Primera residencia de Paz en París |
Fin:Casa de México (CIU) |
«París: sólida sin pesadez, grande sin gigantismo, atada a la tierra pero con voluntad de vuelo».
El 30 de junio de 1937 un joven Octavio Paz pisa por primera vez París, ciudad que más adelante sería su destino natural en su vida y con la cual establecería sólidos vínculos. En París, donde trabajó como diplomático, Paz escribió libros fundamentales como El laberinto de la soledad y ¿Águila o sol?
Primera residencia de Paz en ParísLugar # 1 | Avenue Victor Hugo 199 | 75016 | ParísPrimera residencia de Octavio Paz y de su primera mujer, la escritora Elena Garro, de 1945 a 1951, en sus inicios como diplomático. Fue un «bullicioso» centro de reunión de artistas y escritores latinoamericanos. |
Square LamartineLugar # 2 | Square Lamartine | 75016 | ParísAl lado de la primera casa de Paz se ubica el jardín Lamartine, que el escritor recuerda en sus libros por las conversaciones que allí mantuvo con uno de sus amigos, el poeta libanés Georges Schehadé. |
TrocaderoLugar # 3 | Place du Trocadero | 75116 | ParísVista del Trocadero, en el que se desarrollaron varias de las exposiciones universales e internacionales en París. En la de 1937, a Octavio Paz le impresionó sobre todo el pabellón de la República española. |
Embajada de MéxicoLugar # 4 | rue de Longchamp 9 | 75016 | ParísPaz trabajó en la Embajada de México en Francia de 1945 a 1951, años en los que escribió El laberinto de la soledad y ¿Águila o sol? |
Biblioteca «Octavio Paz»Lugar # 5 | Avenue Marceau 11 | 75016 | ParísLa Biblioteca del Instituto Cervantes de París fue nominada en 2005 como Biblioteca «Octavio Paz». |
Hotel VernetLugar # 6 | rue Vernet 25 | 75008 | ParísEn una habitación del Hotel Vernet se desarrolla la escena de amor adúltero del poema «Piedra de sol» (1957). |
Exposición de arte mexicano (1962)Lugar # 7 | Av. Winston Churchill | 75008 | ParísLa exposición «Obras maestras del arte mexicano» presentada en el Petit Palais, en 1962, daría pie a Octavio Paz para escribir una primera revisión totalizadora del arte mexicano. |
Exposición de Rufino TamayoLugar # 8 | rue du Faubourg Saint Honoré 140 | 75008 | ParísPaz dedicó el poema «Ser natural» al artista Rufino Tamayo, quien presentó por primera vez en París, en 1950, una exposición en la desaparecida Galería Beaux Arts. |
Estación de Saint-LazareLugar # 9 | rue d'Amsterdam 13 | 75008 | ParísLa estación de trenes Gare Saint-Lazare fue el lugar al que Paz llegó en su primer viaje a París. En el andén lo esperaba Pablo Neruda. |
Antiguo Café CyranoLugar # 10 | bd Clichy 82 | 7 | ParísOctavio Paz frecuentaba las reuniones del grupo surrealista que se congregaba en este desaparecido café, situado al lado del Moulin Rouge. |
Antigua casa de André BretonLugar # 11 | rue Pierre Fontaine 42 | 75018 | ParísTras el actual Teatro Comédie de París, se oculta la casa del autor del Manifiesto del surrealismo, André Breton, que Paz frecuentaba junto a otros creadores surrealistas. |
Café d'AngleterreLugar # 12 | Boulevard Montmartre, 20 | 75009 | ParísPaz nombra este lugar, donde hoy en día se ubica una hamburguesería, en su poema «Noche en claro». |
Casa de Robert y Youki DesnosLugar # 13 | rue Mazarine 19 | 75006 | ParísAntigua casa del poeta Robert Desnos, astro de la constelación surrealista, con el que Octavio Paz trabó amistad en 1937. |
Bar VertLugar # 14 | rue Jacob 10 | 75006 | ParísEl Bar Vert fue uno de los célebres cafés bar del selecto barrio de Saint-Germain-des-Près, con sabor a jazz y a existencialismo, frecuentados por Octavio Paz. |
Ediciones GallimardLugar # 15 | rue Gaston Gallimard, 5 | 75007 | ParísPuerta principal de entrada a la prestigiosa casa editorial francesa Gallimard, el principal editor francés del premio Nobel mexicano Octavio Paz. |
Hotel Pont-RoyalLugar # 16 | rue Montalembert 7 | 75006 | ParísOctavio Paz encontró por azar en París a la que sería su segunda y por siempre inseparable esposa, Mari José Tramini, a la que había conocido en la India, donde desapareció sin dejar rastro. |
Casa de América LatinaLugar # 17 | Boulevard Saint-Germain 217 | 75007 | ParísLa Casa de América Latina de París es un núcleo cultural latinoamericano en el corazón del barrio más frecuentado por Paz. La Maison ha organizado numerosas actividades culturales sobre su figura. |
Hotel Saint-Simon: RengaLugar # 18 | rue Saint Simon 14 | 75007 | ParísEn el sótano de este selecto hotel, Octavio Paz dirigió a un grupo de poetas de varios países para escribir un poema colectivo titulado Renga.
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Hotel LutetiaLugar # 19 | boulevard Raspail 45 | 75006 | ParísEl Hotel Lutetia era uno de los lugares más frecuentados por Paz en sus últimos años en Francia. Allí daba entrevistas y mantenía numerosos encuentros. |
Hotel des États-UnisLugar # 20 | bd. Monparnasse 135 | 75006 | ParísEn el bar del desaparecido Hotel des États-Unis, Octavio Paz formaba parte de una particular y nutrida tertulia de intelectuales latinoamericanos. |
Casa de Kostas PapaioannouLugar # 21 | Rue Daguerre 11 | 75014 | ParísAquí vivió uno de los mejores amigos de Paz en París. En el mismo número 11 de la rue Daguerre residieron el poeta (y gran traductor de Paz) Claude Esteban y su mujer, la pintora Denise Esteban. |
Casa de Dominique EluardLugar # 22 | rue Georges Braque 18, | 75014 | ParísEl interfono en el 18 rue Braque tiene aún hoy el nombre de Eugène Grindel, nombre verdadero de Paul Eluard, en cuya casa Paz residió entre 1959 y 1960. |
Parque MontsourisLugar # 23 | Parc Montsouris | 75014 | ParísPaz sitúa su diálogo sobre el sadomasoquismo con Jean Paulhan y Dominique Aury en el restaurante del parque Montsouris. |
Casa de México (CIU)Lugar # 24 | 9 c boulevard Jourdan | 75014 | ParísLa Biblioteca «Sor Juana Inés de la Cruz» de la Casa de México contiene el mayor número de raras (y las más valiosas) ediciones de obras de o relacionadas con Octavio Paz de toda Europa. |
La Sorbona: encuentro con CamusFuera de ruta A | rue Victor Cousin 1 | 75005 | ParísEn un acto en memoria de Antonio Machado participan Jean Cassou, Octavio Paz y María Casares, que se encarga de presentar al poeta mexicano al gran escritor francés Albert Camus. |
Durante su primera etapa en París como tercer secretario de la Embajada de México en Francia, Paz dedicó sus horas muertas en la sede de la legación diplomática, o robadas a los informes oficiales, a escribir libros capitales como El laberinto de la soledad o ¿Águila o sol?
Visitar en el barrio de Saint-Germain el hotel literario Pont-Royal, lugar frecuentado por Paz y testigo de su reencuentro con la que sería su segunda esposa, Marie José Paz.
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