El Belgrado Sefardí
Recorrido por algunos de los lugares más representativos de las huellas sefardíes en la capital serbia recogidos en su Ruta Cervantes.
Sefardíes en los Balcanes
La expulsión de los judíos de España y Portugal abrió un nuevo capítulo en su historia. Dejaron su largo pasado en la Península Ibérica y buscaron su futuro, no solo en Europa, sino en el Imperio osmanlí (turco), que les abrió las puertas de sus territorios en el norte de África, el Levante y los Balcanes.
Fue en los Balcanes donde se ubicó el centro del Imperio osmanlí, Estambul o Tsargrad, la antigua capital de Bizancio, que desde el principio estaba situado tanto en el Oriente como en el Occidente. En el interior de los Balcanes, rodeado por las costas de varios mares —el mar Jónico, Egeo, Negro y Adriático—, los sefardíes por primera vez entraron en contacto con los pueblos que les eran poco o nada conocidos: los griegos, serbios, búlgaros, rumanos, albaneses. Allí comenzaron a construir su nuevo hogar y patria, incorporando en ellos las cosas más valiosas que traían de su antigua tierra natal: herencia cultural hispanojudía, la religión, escritura, historia, idioma, costumbres, poesía y refranes, cuentos y canciones de cuna, adivinanzas y recuerdos del pasado. Todo esto formó el núcleo de su identidad, que será conservada durante mucho tiempo, pero que no obstante va a cambiar.
Vinieron de Italia, y aún más de Estambul ySalónica, que se convirtió en la capital de los sefardíes balcánicos. Se extendieron por los Balcanes y establecieron sus comunidades, primero en los centros urbanos más grandes en las rutas comerciales establecidas que unían las ciudades de Salónica, Bitola (Monastir), Skopje, Sofía, Belgrado, Bucarest, Sarajevo, Dubrovnik, Split. Luego se establecieron en las ciudades más pequeñas, multiplicando las rutas de migración a través de la península balcánica, llegando incluso a las ciudades del Imperio Habsburgo: Zemun, Pančevo, Novi Sad, Budapest y Viena. Las fronteras que dividían los estados de aquel entonces –el Otomano, Habsburgo y Venecia–, cambiaban incluso mientras los sefardíes dormían pacíficamente en sus hogares. Así pasarían la noche en un Estado para despertarse en otro.
Belgrado estuvo ubicado en la frontera de Turquía y Austria durante muchos siglos. Esta frontera aún es visible hoy en día desde la fortaleza de Kalemegdan, dado que estaba formada por los ríos Sava y Danubio que fluyen –igual que la historia de los sefardíes–, a través de la turbulenta historia de la «ciudad fénix» entre la creación, destrucción y renacimiento. El siglo XIX abrió un nuevo capítulo en la historia sefardí de la zona. Es el siglo de la liberación de los pueblos balcánicos del dominio otomano, del renacimiento de su cultura auténtica, de la modernización y europeización, pero también de la ruptura del aislamiento de las comunidades sefardíes de las restantes. Gradualmente, los sefardíes fueron saliendo del gueto cultural, integrándose en la economía, sociedad y cultura serbias, es decir las yugoslavas, desde el año 1918. Yugoslavia también fue el escenario del encuentro de los sefardíes con los asquenazíes, que tuvo lugar en el Belgrado fronterizo mucho antes.
Durante estos procesos históricos, los sefardíes –junto con los pueblos vecinos–, pasaban de la esfera de la sociedad tradicional marcada por el modelo cultural oriental a la esfera de la sociedad europea moderna. Describiendo la comunidad sefardí en Bosnia antes de que llegaran los cambios, el premio Nobel serbio Ivo Andrić había escrito que la cultura sefardí fue apartada de su entorno por una delgada cortina de la fe, escritura, idioma y cultura, que era más sólida y más opaca que cualquier muro. El derribo de ese muro significó la búsqueda de una nueva identidad en diálogo con la cultura del entorno.
Los testimonios de la cultura sefardí, en el viaje del exilio al nuevo hogar, se encuentran dispersos en el patrimonio tangible e intangible de la vida y la muerte, en las calles, plazas y cementerios, en los templos y edificios, en la lengua, folklore, costumbres, literatura y arte, y en fin, en la memoria –histórica, personal y colectiva—. Sobrevivieron incluso al Holocausto, en el que el 85 % de los judíos yugoslavos fueron asesinados.
Los caminos sefardíes conducen a través del espacio de la vida cotidiana, el tiempo de la historia y la delgadísima malla de la memoria. Tienen un comienzo, pero no tienen un final.
Krinka Vidakovic Petrov
Los sefardíes en Belgrado
Los sefardíes empezaron a instalarse en Belgrado después del año 1521, cuando la ciudad cayó bajo la dominación osmanlí (turca). Desde entonces hasta finales de los años setenta del siglo XIX casi todos los sefardíes de Belgrado, siendo ricos o pobres (hay que destacar que los últimos eran la mayoría), vivieron juntos en Dorchol, en el barrio llamado Yalia por su ubicación en la orilla del Danubio (tur. jalι ‘orilla del mar o río y/o espacio llano, baldío’ Lebl, 2001: 435).
En las ciudades otomanas todos los grupos étnicos y religiosos vivían en sus propios barrios llamados malhal (tur. mahalle) o en algunas de sus partes (Benbassa y Rodrigue 2004: 100). En este sentido, los sefardíes no eran excepción. En los barrios judíos no vivían miembros de otros grupos, aunque se podían encontrar algunos judíos fuera de sus confines, pero siempre en cercanía. Las casas judías tenían la arquitectura típica de las ciudades orientales: eran unas casas pequeñas, casi siempre de planta baja y tenían ventanas y puertas bajas, mientras que sus construcciones eran de tierra apisonada. Los hogares sefardíes eran muy humildes, amueblados y decorados de manera sencilla en lo que concordaban con la vida y las costumbres orientales.
Como en otras ciudades, por ejemplo, Bitola (Monastir), Skopje o Sarajevo donde las casas judías fueron agrupadas alrededor de las sinagogas, teniendo un espacio entre ellas que formaba un gran patio, la judería de Belgrado tenía sus sinagogas y varios patios más pequeños que se comunicaban entre sí. Hay que mencionar que a estos patios daban con frecuencia el nombre kortijo / kurtijo / kurtiju (‘cortijo, patio’) a la judería entera.[1] Según Laura Papo Bohoreta, escritora sefardí de Sarajevo, «el kortižo, el avli, era el park de las mužeres», porque en la época oriental ellas no salían más allá de sus confines. De esto da testimonio la palabra judeoespañola el vizindiar que, según la misma fuente, se refería a la reunión de las vecinas que «gjugo una rola emportante en la vida de la mužer Sefardi» (Papo Bohoreta 2005[1931]: 90).
Las circunstancias generales de la vida oriental y la cercanía de las casas judías favorecieron el mantenimiento de una vida social muy dinámica, marcada por las costumbres étnicas y religiosas, lengua y literatura oral traídas desde la Península ibérica y enriquecidas con elementos balcánicos.
La fe en Dios (para los sefardíes –Dyo—) el destino y una gran modestia, representaban las características más importantes de la vida que se llevaba en Oriente y, en consecuencia, en las juderías. Como la vida estaba completamente subordinada a la religión, las sinagogas fueron sus centros espirituales y sociales más importantes. Allí se reunían regularmente los hombres sefardíes para mantener los ritos religiosos con los que se celebraban las fiestas judías. Entre las características más importantes de la vida tradicional sefardí, no hay que olvidar el estricto orden patriarcal que se respetaba en las familias y en la comunidad sefardí.
Como resultado del mantenimiento de la autoridad indiscutible de los hombres, especialmente los mayores y los líderes espirituales y comunitarios, las relaciones entre los familiares y los miembros de la comunidad eran muy estrechas. Siendo la sociedad tan patriarcal, los hombres eran los únicos que salían de casa y del Barrio judío para trabajar y mantener sus grandes familias. Desde la llegada a los Balcanes, los sefardíes se ocuparon mayormente del comercio y de varios oficios, pero muchos vívían con gran pobreza porque no podían ganar lo suficiente. Mientras que los hombres ejercían sus oficios fuera de casa, las mujeres trabajaban en casa y cuidaban de sus numerosos hijos.
En la época oriental solo se escolarizaban los varones. Al cumplir 6 años, los niños sefardíes empezaban la escuela religiosa judía que se llamaba meldar / mildar o Talmud Tora. Los líderes comunitarios vigilaban las actividades de estas escuelas tradicionales, mientras que los rabinos y sus ayudantes se ocupaban de la enseñanza, que se daba en judeoespañol, la lengua materna de los alumnos. Los niños aprendían solo el alfabeto hebreo y las bases de gramática hebrea y de literatura religiosa. Pocos alumnos continuaban sus estudios en la escuela religiosa mayor llamada yeshiva. A diferencia de los niños, para los que en Belgrado siempre existía la escuela comunitaria, las niñas no recibían ninguna formación oficial hasta los años 60 del siglo XIX. Aunque eran analfabetas, las mujeres sefardíes conocían sus oraciones, leyes y preceptos religiosos. Ellas aprendían de sus madres cómo celebrar las fiestas judías, pero también los secretos de la medicina popular. Ayudaban a sus madres en casa y se preparaban para ser buenas amas de casa.
La comunidad sefardí de Belgrado fue la primera que se encontró bajo un régimen nacional, que desde la época de la Segunda resurrección serbia (1815) hasta el Congreso de Berlín (1878) fue ganando cada vez mayor autonomía. El joven Estado serbio, muy determinado a eliminar los restos de la cultura oriental, quiso conseguir cuanto antes el desarrollo económico y social de los países del Oeste europeo. Por eso, el proceso de la modernización de los sefardíes de Belgrado, que siguió este proceso entre los habitantes serbios, fue más adelantado en comparación con otros territorios balcánicos en los que los sefardíes todavía vivían en el ambiente tradicional. De esta manera, los sefardíes de Belgrado estuvieron entre los primeros que modificaron su apariencia y su comportamiento según la moda europea –«a la franka / franga» o «a la srbeska» (J. Demajo 1924: 52; J. Veselinović 1998: 487).
A pesar de los muchos vaivenes que tuvieron en el nuevo Estado, la posición social y económica de los sefardíes fue mejorando con el tiempo. Desde los años 40 del siglo XIX, participaron cada vez más en la vida pública serbia. No obstante, los mayores cambios no ocurrieron antes de 1860, cuando la Comunidad judía llegó a ser una institución oficial (1866) y algunos de sus miembros entraron en contacto más estrecho con la sociedad mayoritaria y consiguió integrarse más en sus corrientes económicas y culturales. Los hombres sefardíes fueron los que empezaron los cambios, pero pronto les siguieron las mujeres. Una de las novedades más importantes en su emancipación fue la apertura de la escuela primaria femenina en Dorchol (1864) en la que las niñas sefardíes se educaron junto a las serbias.
En el mismo período las mujeres obtuvieron mayor libertad de movimiento, pero muchas más generaciones iban a pasar antes de que las mujeres se acercaran al estatus de los hombres en el dominio de la profesión. En el largo camino hacia la emancipación femenina destaca claramente la fundación de la Asociación de mujeres judías (1874), la primera sociedad de mujeres en Serbia y, aparentemente, la primera sociedad entre las sefardíes en todo Oriente. Su fundación y actividades dan testimonio del gran auge cultural y social de la comunidad sefardí en esta ciudad y de la gran determinación de sus mujeres a entrar en la vida pública de la sociedad tanto minoritaria como mayoritaria.
En las nuevas circunstancias sociales, culturales y económicas, los sefardíes belgradenses se alejaron más y más del patriarcado y la ortodoxia. El orden tradicional en la familia y en la sociedad iba cediendo paso ante la necesidad de sus miembros más jóvenes de conseguir mayor autonomía e individualidad. La manera moderna de vivir y trabajar no les dejó ni tiempo ni interés para ocuparse más profundamente de la religión, pero les dirigió hacia la adquisición de la educación moderna en serbio para sus niños, tanto varones como mujeres. Consecuentemente, los sefardíes más modernos y más acomodados empezaron a acercarse físicamente a la sociedad mayoritaria al abandonar la judería y mover sus viviendas y negocios hacia los barrios más prestigiosos del nuevo centro cultural y económico de Belgrado (Varoški kvart ‘el Barrio central’ y Terazijski kvart ‘el Barrio de Terazije’) u otros, como el Barrio turco que quedó abandonado tras la salida de los turcos de Belgrado. Desde que los judíos en Serbia obtuvieron los iguales derechos de ciudadano de iure (1888), se intensificó aún más su población en otras partes de la ciudad.
Por otro lado, entre los sefardíes mayores y los más conservadores, la vida patriarcal y religiosa, junto con la lengua y la literatura oral sefardí, consiguió mantenerse hasta la Segunda guerra mundial, aunque también se colaron muchos cambios en las «casas patriarcales». En los albores del siglo XX en el Barrio judío de Yalia vivía solo los más pobres, llamados con frecuencia «di los abašu», porque la traslación de la clase más acomodada, «di lus ariva», ocurría hacia la colina Zerek que estaba encima de Yalia y aún más arriba, hacia el centro de Belgrado. Estos dos «mundos» se encontraban en el antiguo barrio en las fiestas judías que celebraban juntos de la manera tradicional en la Antigua sinagoga (el Kal viejo) y en las calles cercanas. Sin embargo, no por mucho tiempo, porque los sefardíes modernos construyeron en Zerek dos edificios impresionantes, cuya arquitectura y propósito se correspondieron completamente con las necesidades de la vida judía moderna. El primero fue una sinagoga nueva al estilo neo moro, Bet Israel «La casa de Israel» (1907–1908) y el otro, la gran sede de la Comunidad judía y sus asociaciones —Jevrejski dom ‘La casa judía’ (1928). No obstante, hasta la Segunda guerra mundial Yalia no dejó de ser uno de los lugares de encuentro de muchos sefardíes, a pesar de que ellos poblaron entonces casi todo Belgrado. En aquel tiempo las diferencias sociales disminuyeron entre los sefardíes y se construyeron también dos edificios modernos en Yalia, las sedes de la Asociación de las mujeres judías y de la Asociación Oneg Shabat y Gemilut Hasadim.
Las costumbres tradicionales y la literatura oral en la lengua judeoespañola formaron durante más de tres siglos y medio una parte inseparable de la vida patriarcal que se llevaba en las casas sefardíes. Sin embargo, desde los últimos decenios del siglo XIX y los comienzos del XX estos elementos de su identidad étnica se desplazaron cada vez más por nuevas y, pronunciadamente, híbridas ideologías e identidades. Después de las Guerras balcánicas y la Primera guerra mundial, se acentuó aún más la cooperación interétnica entre los serbios y los sefardíes, pero también la asimilación cultural y lingüística de estos últimos. Siendo la lengua étnica y la cultura tradicional sefardíes tan interrelacionadas, el proceso de su desplazamiento progresivo fue simultáneo. Sin embargo, este proceso no llegó a cumplirse completamente por causa de la brusca y brutal destrucción de la mayoría de la población judía durante la ocupación nazi de Belgrado. La estimación de Lebl del número de víctimas en la población judía total es alrededor de 94 % (Lebl 2001: 336) y habla por sí sola del alcance de la tragedia que afectó a los judíos de Belgrado. Ya que en el Holocausto desapareció el núcleo de hablantes del judeoespañol, que consistió mayormente en los miembros de la generación anciana y de mediana edad, ocurrió en consecuencia la pérdida casi completa de esta lengua en Belgrado en la época de posguerra.
Fuentes:
Benbassa, Esther y Aron Rodrigue (2004): Historia de los judíos sefardíes. De Toledo a Salónica, traducción José Luis Sánchez-Silva, Madrid: Abada.
De Majo, Jelena (1924): Kulturni razvitak jevrejske žene u Srbiji, en: Jevrejsko žensko društvo u Beogradu 1874–1924. Na dan pedesetgodišnjice od osnivanja, Belgrado: Izdanje Uprave Jevrejskog ženskog društva, 50–61.
Demajo, Samuilo (1938–1939): Sećanja na Jaliju, Jevrejski narodni kalendar, IV, Belgrado, 49–55.
Lebl, Ženi (2001): Do „konačnog rešenja”: Jevreji u Beogradu 1521–1942, Belgrado: Čigoja.
Papo Bohoreta, Laura (2005[1931]): Sefardska žena u Bosni, Sarajevo: Connectum.
Veselinović, Jovanka (1998): Jevrejska žena u Beogradu od druge polovine 19. veka do Drugog svetskog rata, en: Latinka Perović (ed.), Srbija u modernizacijskim< procesima 19. i 20. veka, vol. 2., Položaj ženekao merilo modernizacije. Naučni skup, Belgrado: Institut za noviju istoriju Srbije, 485–495.
Vučina Simović, Ivana (2016): Jevrejsko-španski jezik na Balkanu: Prilozi istorijskoj sociolingvistici, Kragujevac: Filološko-umetnički fakultet Univerziteta u Kragujevcu.
El mapa del Barrio judío en Belgrado alrededor del año 1900 hecha por S. L. Mošić (s.a.) que se conserva en el Museo Histórico Judío de Belgrado
[1] A finales del siglo XIX y comienzos del XX, los serbios utilizaron el nombre Yalia para el barrio tradicional de los sefardíes, mientras que ellos mismos solían denominarlo ya en serbio: Jevrejska mala ‘Barrio judío’ y, más tarde, cuando los sefardíes desplazaron aún más su lengua étnica a favor del serbio, se hizo más general el nombre Yalia (S. Demajo 1938–1939: 49).
Cronología – los judíos en los Balcanes, Serbia y Belgrado
Siglos IV–III a. C.: Las primeras huellas arqueológicas de la presencia de los judíos en los Balcanes están relacionadas con Grecia. Se trata de una inscripción de Ática que data de 300–250 a. C. Se cree que la comunidad judía en Belgrado existía desde los comienzos de la ciudad en el siglo III a. C.
Siglo II a. C.: A pesar de las fuentes históricas limitadas, hay indicios de que los primeros judíos que se establecieron en Salónica llegaron alrededor del año 140 a. C. de Alejandría. En el período helenístico, la comunidad judía de esta ciudad creció y se desarrolló más en las zonas próximas al puerto.
Siglo I a. C.: La sinagoga más antigua de la diáspora fue descubierta en la isla de Delos y data de principios del siglo I a. C.
Siglo I d. C.: El apóstol Pablo predicó en las comunidades judías romaniotas bien organizadas de Salónica, Filipos, Corinto y, probablemente, Atenas. Los romanos garantizaban la autonomía a las comunidades judías. Durante el Imperio romano, los judíos de Salónica también vivían en otras partes de la ciudad, no solo en las cercanas al puerto, dedicándose al comercio y artesanía aunque algunos se dedicaban a la cría de gusanos de seda y la producción de seda. Los judíos de Salónica durante el Imperio romano y más tarde, el Imperio bizantino, como su sucesor legal e histórico, hablaban griego y llevaban nombres griegos.
Siglos IV–III d. C.: Las comunidades judías han existido en los Balcanes dentro del Imperio romano desde la antigüedad. De esto dan testimonio los significantes vestigios de cultura material y visual preservados. Las localidades como Stobi (Macedonia del Norte) y Plovdiv (Bulgaria) con sus restos arqueológicos conservados de sinagogas del período de la antigüedad tardía con mosaicos del suelo son de particular importancia. En la localidad de Stobi se conservan los rastros arqueológicos y los restos de dos sinagogas, una construida sobre la otra. Más tarde, sobre sus restos se construyó una basílica paleocristiana. La Sinagoga II fue erigida a fines del siglo III y principios del siglo IV d. C., mientras que el edificio de mayor antigüedad del mismo lugar, la Sinagoga I, fue erigida originalmente en el siglo II d. C. En los muros de la Sinagoga I se encontraban inscripciones dedicadas a un tal Policarmos. La Sinagoga II estaba equipada y decorada con mosaicos del suelo con motivos geométricos. En el mortero de una de las paredes estaba grabada la representación de la menorá. Una losa de mármol redonda, descubierta durante los trabajos de conservación realizados en 1994, lleva la inscripción en la que se menciona a un tal Alexanter, phrontistes o guardián de la sinagoga. Esta inscripción nos revela que él restauró el pórtico de la Sinagoga a finales del siglo III y principios del siglo IV. d. C.
Desde la época del Edicto de Milán promulgado en 313 d. C., y especialmente después de la división del Imperio romano en 395 d. C., tanto los judíos de Salónica como los de la entera península de los Balcanes, estaban bajo la creciente presión de los emperadores cristianos romanos, es decir, los bizantinos, para aceptar la religión oficial del Imperio. Constantino el Grande y Teodosio II, así como Justiniano I, comenzaron a introducir las regulaciones estrictas contra la comunidad judía. En el período bizantino medio, desde el siglo IX hasta finales del siglo XII d. C., se llevaban a cabo grandes oleadas de cristianización forzada durante el reinado de los emperadores Basilio I el Macedonio y León VI el Sabio. El emperador Alejo II Comneno, por el contrario, introdujo las exenciones fiscales para los judíos en el territorio del Imperio bizantino durante la primera cruzada. A pesar de todas las medidas restrictivas, la comunidad judía de Salónica crecía y se desarrollaba durante el período del dominio bizantino. En 1169 Benjamín de Tudela estuvo en Salónica y dejó un testimonio escrito que indica que a finales del siglo XII casi 500 familias judías vivían en la comunidad rica de la ciudad. Durante el Imperio latino, establecido después de la conquista de Constantinopla en 1204 (1204–1261) y más tarde, durante la gobernación de Salónica por el déspota de Épiro Teodoro Comneno Ducas (1224–1230), la comunidad judía vivía días difíciles. La situación mejoró un poco durante el siglo XIV.
1337: La primera mención de los judíos en los materiales diplomáticos del rey serbio Esteban Uroš IV Dušan (1331–1355).
1376: Se registra la primera oleada migratoria de los judíos a Salónica desde Hungría.
1423: Andrónico Paleólogo, gobernador de Salónica, vende la ciudad a los venecianos. Los miembros de la comunidad judía que permanecieron en la ciudad, a pesar de las desfavorables condiciones de vida bajo los venecianos, lograron hacer frente a las nuevas autoridades y consiguieron una reducción de los impuestos y mejores condiciones de vida.
1430: El Imperio osmanlí conquista Salónica. El sultán Murad II, que tenía médicos y consejeros judíos en la corte, apeló a la población judía refugiada que regresara a Salónica. En esa época, los refugiados judíos de Europa del Este comenzaron a llegar a esta ciudad.
1470: Los refugiados de los pogromos en Baviera llegan a Salónica y así, además de la comunidad judía romaniota, se crea la comunidad asquenazí en la ciudad.
1492: El Imperio osmanlí acepta a los judíos sefardíes expulsados de España y Portugal. Muchos de ellos se establecieron en los Balcanes. Desde entonces, Salónica se convierte en la ciudad sefardí más grande y más significativa de los Balcanes. Los judíos sefardíes traen a los Balcanes su cultura y su idioma judeoespañol. El sultán Bayezid II acepta a los refugiados, afirmando que los Reyes Católicos de España, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla, fueron erróneamente llamados los sabios, porque con la expulsión de los judíos de su reino hicieron España más pobre y el Imperio osmanlí más rico.
Siglos XV–XVI: Durante los siglos XV y XVI muchos judíos expulsados de España, Portugal, Italia, Sicilia, Francia y el norte de África se establecen en Salónica. Las grandes oleadas migratorias tuvieron lugar en 1492 y 1536. Entre estos colonos se encontraban también los marranos, los judíos de la península ibérica que adoptaron nominalmente la religión católica mientras mantenían su identidad judía. Los judíos sefardíes asentados absorbieron a la población romaniota existente allí que fue progresivamente asimilada. A mediados del siglo XVI Salónica se convirtió en el mayor centro judío y sefardí del sudeste de Europa. Casi 20.000 de judíos vivían en Salónica en esa época. Debido a la ubicación geográfica de Salónica y a la creación de redes de rutas comerciales, la población judía de la ciudad mantuvo relaciones estrechas con las comunidades judías del Mediterráneo y del norte de Europa, particularmente con las de Venecia. La población sefardí se dedicaba al comercio y artesanía, especialmente a todos los trabajos relacionados con la producción y comercio de tejidos de lana y seda. Había hasta 30 sinagogas en la ciudad que se convirtió en el centro importante de aprendizaje judío. A partir de 1512 Salónica llega a ser el centro del libro impreso judío.
A partir de 1521: Después de la conquista osmanlí de Belgrado, los judíos sefardíes emigran a Belgrado desde otras ciudades del Imperio osmanlí. A mediados del siglo XVI, los judíos se mudaron a las orillas del Danubio debido a la proximidad del centro comercial y el puerto. El barrio judío de «Jalija» se construyó en Dorćol —la «intersección de cuatro caminos»—. El centro del barrio está ubicado en la intersección de las calles Kralja Petra y Cara Dušana de hoy.
Siglo XVII: A pesar de las múltiples epidemias de peste, la población sefardí de los Balcanes —de Salónica en particular, pero también de otras ciudades, Belgrado y Niš—, continúa desarrollándose y prosperando en el Imperio osmanlí. Las guerras del Imperio osmanlí contra Venecia y, a finales de siglo, contra Austria, empeoran la situación de las comunidades sefardíes y otras comunidades judías en los Balcanes.
A partir de 1609: El monumento más importante de la cultura y el arte medieval sefardí —la Hagadá de Sarajevo—, llega a los Balcanes, posiblemente a través de Dubrovnik. Lo más probable es que el códice fuese creado en la segunda mitad del siglo XIV en España (Cataluña). Después de 1492 compartía el destino de los judíos sefardíes en diáspora. En 1609 el libro estaba en Italia, muy probablemente en Venecia. Durante la migración de la población sefardí a la península de los Balcanes —debido a la actitud benevolente del Imperio osmanlí hacia los judíos sefardíes como el «pueblo del Libro»—, este manuscrito llegó a Sarajevo, tal vez a través de Dubrovnik. Los miembros de la familia Koen lo guardaron como su reliquia más preciosa. En 1894 Jozef Koen se vio obligado a vender el libro al Museo Nacional de Sarajevo por razones económicas. El libro sobrevivió a la devastación de la ciudad y sufrimiento de sus habitantes tanto en la Segunda Guerra Mundial como durante el período de 1992 a 1995. Desde 2002 se guarda en el Museo Nacional de Sarajevo en una cámara especialmente diseñada.
1641: La lápida de la tumba más antigua del rabino Avraham Kohen está encontrada en Belgrado.
1663: La comunidad judía en Belgrado tiene 800 miembros.
1651: La primera mención de la comunidad judía en Niš (Serbia).
1657: Shabtai Tzvi, un mesías judío autoproclamado de ascendencia sefardí, nacido en Esmirna, llega a Salónica.
1667–1676: La estancia y muerte de Shabtai Tzvi en Ulcinj (Montenegro), ya convertido al islam y llamado Aziz Mehmed Effendi.
Siglo XVIII: Además de la comunidad sefardí, los marranos de Portugal emigran a los Balcanes entre 1720 y 1730, especialmente a Salónica. La población judía de Salónica osciló entre 25.000 y 30.000 habitantes.
Entre 1717 y 1739: Durante el dominio austríaco, los judíos asquenazíes del centro y norte de Europa, igual que los sefardíes, emigraron a Belgrado.
1746: Las autoridades austríacas reconocieron la Comunidad Judía de Zemun donde, en ese momento, vivían ocho familias judías. Los judíos —principalmente los asquenazíes—, emigraron a Zemun desde Alemania y Eslovaquia, y los sefardíes desde Bosnia y Belgrado. Los judíos vivían predominantemente en la zona de Donji grad, en la calle Jevrejska (Juden-sokak).
Siglo XIX: La vida de los judíos, como una de las naciones del Imperio osmanlí —incluso de los Balcanes, Serbia y Belgrado—, estuvo marcada por las reformas de la Tanzimat del Imperio osmanlí (1839–1876), pero sobre todo por la lucha de los pueblos balcánicos por la liberación del dominio osmanlí, particularmente por la Primera y Segunda Insurrección Serbia en 1804 y 1815, respectivamente. Es notable una tendencia hacia la modernización, secularización, europeización y liberalización de la vida de las comunidades judías, parecida a los fenómenos de la vida de otras naciones y comunidades religiosas de los Balcanes. Asimismo, bajo la influencia de la lucha por la liberación y la formación de estados-naciones modernos, sobre todo el Estado Serbio bajo la dinastía Obrenović, está creciendo la conciencia nacional entre la población judía y, en fin, las ideas que dieron origen al movimiento sionista como una aspiración de los judíos —que estaba de acuerdo con las tendencias generales del siglo XIX—, a tener su propia patria, Erec Israel. Dos rabinos balcánicos jugaron un papel extremadamente importante en la fundación del movimiento sionista —el rabino Jehuda Bibas (1780–1852) y el rabino Jehuda Alkalai (1798–1878) de Zemun—, cuyo ideario influyó bastante en el fundador del movimiento sionista, Theodor Herzl, cuya familia es originaria de Zemun. En el siglo XIX había cuatro sinagogas en Belgrado. El kal viejo (Sinagoga antigua) en Dorćol estuvo ubicado en la calle Visokog Stevana. Se cree que fue construido a finales del siglo XVI y derribado en 1952 de acuerdo con el planeamiento urbano de la ciudad.
1813: Se funda la Escuela Judía en Zemun.
1815: Se funda la Casa de Oración en Zemun.
Desde 1815: Durante el reinado del príncipe Miloš Obrenović (1815–1839 y 1858–1860) mejoró la posición de los judíos en Belgrado y el Principado de Serbia.
1837–1874: La prensa estatal del Principado de Serbia publica más de 50 libros judíos, en su mayoría libros de oración y de contenido religioso.
1864: Se establece el periódico judío sefardí El Lunar que se publica en Salónica. Más tarde, se fundan los periódicos La Epoca y El Avenir en judeoespañol.
1867: La primera sinagoga sefardí se construyó en Zemun.
1873: La organización Alliance Israelite Universelle establece la escuela en Salónica.
1879: Se fundó la Sociedad Serbia-Judía de Canto (más tarde llamada la Sociedad Serbia-Judía de Canto de los Hermanos Baruh de Belgrado).
Alrededor de 1880: La posición de los judíos en Serbia se volvió difícil debido a la promulgación de una serie de leyes que restringen su actividad económica y su expulsión de las ciudades.
1886: Se establece el Banco de Salónica.
1888: Los judíos obtienen los derechos civiles en el Reino de Serbia y comienzan a establecerse fuera del barrio de Dorćol de Belgrado, donde se establecían tradicionalmente.
1893: 28.000 de judíos sefardíes viven en Bulgaria. A fines del siglo XIX se registraron 40.000 de judíos. La mayoría vive en ciudades: Plovdiv, Vidin y, en particular, Sofía.
1900: 80.000 de judíos viven en Salónica y la mayoría de ellos son los sefardíes.
Siglo XX: El siglo XX estuvo marcado tanto por la Revolución de los Jóvenes Turcos en 1908, a quien se unió un gran número de los judíos sefardíes de Salónica, como por la Primera y la Segunda Guerra Mundial en las que la gran mayoría de la población judía —incluso casi toda la comunidad sefardí de Salónica, que fue deportada al campo de concentración de Auschwitz en 1943—, murió en el Holocausto. En 1942 Belgrado fue proclamada la ciudad vaciada de judíos por los ocupantes nazis. Sus ciudadanos judíos fueron asesinados, entre otros lugares, en los sitios de ejecución en la ciudad misma: la localidad de Topovske šupe y los campos de concentración de Banjica y de Staro sajmište. La primera mitad del siglo, hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial, fue un período de florecimiento de las comunidades judías y sefardíes tanto en Serbia como en el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, esto es, el Reino de Yugoslavia. Un gran número de los judíos, especialmente los sefardíes, lucharon y dieron sus vidas por su patria serbia en el ejército serbio durante la Primera Guerra Mundial. El monumento dedicado a estas heroicas víctimas fue erigido en el Cementerio judío de Belgrado en 1928.
Igual que en otras ciudades de Serbia actual, la vida judía y sefardí en Belgrado durante el siglo XX estuvo marcada por la fundación de numerosas organizaciones y sociedades judías. La fuerte actividad sionista en Belgrado se está desarrollando dentro de las organizaciones destinadas a la enseñanza, la educación para la salud, el desarrollo deportivo y la preparación de la gente para las actividades agrícolas que necesitarán después de emigrar a Palestina. Entre estas organizaciones estaban WIZO, Hashomer Hatzair (Guardia de la Juventud), Irgun Stam Halucim (Organización de Pioneros Generales), Akiva. La comunidad misma tenía dos instituciones culturales: el Club de Ilustración Max Nordau y la Biblioteca Judía.
En la creación artística y cultural de la sociedad serbia, los judíos comenzaron a distinguirse en la década de 1920. Durante este período las obras de arte son creadas tanto por los pintores Leon Koen, Moša Pijade y Bora Baruh como por los escritores Hajim S. Davičo, Aron Alkalaj y Paulina Albala.
1908: La sinagoga sefardí Beth Israel fue construida en Belgrado. La piedra angular fue colocada por el rey serbio Pedro I de Serbia. La sinagoga fue dañada durante el bombardeo en abril de 1941. La sinagoga fue derribada en 1952 por decisión de las autoridades de aquel entonces. Hoy en este lugar está ubicada la Galería de Frescos, que forma parte del Museo Nacional de Belgrado. Además de estas dos sinagogas, hubo otra que fue derribada entre las dos guerras mundiales. No hay datos de su ubicación exacta.
1925: Se construyó la sinagoga asquenazí Sukkat Shalom. Es la única sinagoga de la ciudad que sobrevivió a la devastación de la guerra y la intervención urbana de la posguerra en el casco antiguo de Belgrado.
1928: La Casa Religiosa-Educativa de la Comunidad Judía fue construida en la calle Kralja Petra en Belgrado. El edificio ahora alberga la sede de la Comunidad Judía de Belgrado, el Museo de Historia de los Judíos y la Federación de Comunidades Judías de Serbia.
1931: 7906 judíos viven en Belgrado. Diez años después, en vísperas de la ocupación alemana, en Belgrado vivían 12.000 de judíos.
Jelena Erdeljan
Bibliografía selecta de la cultura judía en Serbia / Bibliografija odabranih radova iz oblasti Jevrejske kulture / A Selected bibliography on Jewish culture in Serbia
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Inicio:Instituto Cervantes de Belgrado |
Fin:Menorá en llamas |
«Segun el contar oficial del año 1900 habitan en Belgrado, 3357 judios sefardim» (Pulido, 1905)
Desde el siglo XVI, llegaron a la ciudad de Belgrado comunidades de judíos desde España, los sefardíes, tras su expulsión del país en 1492. En la capital de Serbia se instalaron conservando el uso del judeoespañol hasta su ocaso en la Segunda Guerra Mundial. El Instituto Cervantes de Belgrado ha elaborado esta ruta rescatando su memoria a través de sus «huellas» en la ciudad.
Instituto Cervantes de BelgradoLugar # 1 | Čika-Ljubina 19 | 11000 | BelgradoUbicada en el corazón de Belgrado, la sede de la institución académica y cultural española cuenta con una ubicación privilegiada para iniciar el camino por los enclaves belgradenses de la comunidad judía originaria de Sefarad (España).
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Sinagoga Sukat ŠalomLugar # 2 | Maršala Birjuzova 19 | 11000 | BelgradoLa sinagoga Sukat Šalom es la única en activo actualmente en la capital de Serbia.
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Casa de Jakov ČelebonovićLugar # 3 | Vuka Karadžića 18 | 11000 | BelgradoLa casa fue construida en los años veinte por una célebre familia judía de origen sefardí que encabezaba el abogado Jakov Čelebonović. Hoy alberga el Museo de Artes Aplicadas de Belgrado.
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Grandes AlmacenesLugar # 4 | Kralja Petra 16 | 11000 | BelgradoFue el primer centro comercial moderno de Belgrado. El propietario del lugar y su arquitecto eran de origen sefardí. Hoy es una tienda-café.
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Casa de Aron LeviLugar # 5 | Kralja Petra 39 | 11000 | BelgradoLa casa construida en 1907 fue propiedad del empresario de origen sefardí Arón Leví, figura destacada de la sociedad serbia de la época y padre de varios empresarios más. |
Imprenta ProsvetaLugar # 6 | Cara Uroša 8 | 11000 | BelgradoEn esta dirección se ubicaba, a finales del siglo XIX, Prosveta, una de las imprentas en las que se editó «El amigo del puevlo» (Narodni Prijatelj) el primer periódico sefardí de Belgrado. |
Beth IsraelLugar # 7 | Cara Uroša 20 | 11000 | BelgradoBeth Israel era el nombre de una de las sinagogas más importantes de Belgrado. Fue destruida durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy alberga la Galería de los Frescos del Museo Nacional de Serbia.
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Casa de los AmarLugar # 8 | Gospodar-Jevremova 12 | 11000 | BelgradoA dos pasos del Museo Judío se encuentra la Casa de los Amar. El patriarca de la familia, Avram Amar, era de origen sefardí y fue un importante comerciante de Belgrado.
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Museo Histórico JudíoLugar # 9 | Kralja Petra 71 | 11000 | BelgradoEl Museo histórico judío es uno de los lugares más importantes de la comunidad judía de Belgrado. El museo cuenta en sus fondos con numerosos objetos y documentos de la comunidad sefardí de Belgrado y de otros lugares de los Balcanes. |
Casa de los BuliLugar # 10 | Kralja Petra 58 | 11000 | BelgradoUbicada enfrente del Museo Judío fue la vivienda de la familia sefardí que fundó el primer banco de Serbia.
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Farmacia Águila blancaLugar # 11 | Kralja Petra, 87-89 | 11000 | BelgradoEn esta esquina que hoy ocupa un restaurante se ubicó desde el año 1927 la popular farmacia «Beli orao». Fue fundada por Nisim Almozlino, de origen sefardí.
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Tienda SokoLugar # 12 | Cara Dušana 32 | 11000 | BelgradoSoko era una de los numerosos comercios judíos de Belgrado. En la tienda se vendía pan y productos lácteos, entre otros. |
Casino JudíoLugar # 13 | Cara Dušana 7 | 11000 | BelgradoSolo las fotografías antiguas dan cuenta de la existencia de esta taberna hoy en día desaparecida, ubicada en una esquina en la que hoy se erige un edificio de viviendas. |
Calle y Escuela de los hermanos BaruhLugar # 14 | Despota Đurđa 2 | 11000 | BelgradoLos hermanos Baruh (Isidor, Bora y Josif) formaban parte de una conocida familia de sefardíes belgradenses. Los tres murieron en la Segunda Guerra Mundial en las filas del Movimiento Popular de Liberación, los partisanos.
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Baño ritualLugar # 15 | Solunska 13 | 11000 | BelgradoA finales del siglo XIX, desde el año 1876, en este lugar se encontraba el baño ritual judío que regentaba la familia Zunana. |
Escuela sefardíLugar # 16 | Solunska 7-9 | 11000 | BelgradoEn estos dos números de la calle, ocupados hoy por viviendas, se ubicaba desde la segunda mitad del siglo XIX la escuela sefardí, «Meldar», que significa leer y aprender en español antiguo.
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Sede de las Asociaciones Oneg Sabat y Gemilut HassadimLugar # 17 | Jevrejska 16 | 11000 | BelgradoEste edificio de llamativa fachada del barrio del Dorçol fue la sede de las Asociaciones Oneg Sabat y Gemilut Hassadim, dos organizaciones sefardíes de beneficencia. |
Ruinas del Kal ViejoLugar # 18 | Visokog Stevana 5 | 11000 | BelgradoEl «Kal vježo» fue la sinagoga, conocida, más antigua de Belgrado. En 1941, durante el bombardeo de Belgrado, la sinagoga fue completamente destruida. |
Hogar infantil de la Asociación de mujeres judíasLugar # 19 | Visokog Stevana 2 | 11000 | BelgradoLa Asociación de mujeres judías fue fundada en 1874 por un grupo de mujeres sefardíes. Fue la primera asociación de mujeres de Serbia. Siendo hospital, en 1942, la Gestapo detuvo al personal sanitario y a 800 pacientes para ejecutarlos en camiones de gas. |
Menorá en llamasLugar # 20 | Obala majora Dragutina Gavrilovića s/n | 11000 | BelgradoMonumento sobre el Holocausto erigido a la orilla del Danubio con forma de Menorá, la lámpara o candelabro de siete brazos típico de la cultura hebrea. |
Comercio de la familia Kalef (1903)Fuera de ruta A | Kolarčeva 4 | 11000 | BelgradoAntigua tienda textil de la familia de origen sefardí «Kalef», la más antigua o una de las más antiguas de Belgrado, a la que pertenece la mezzosoprano Breda Kalef. |
Antigua calle Mose PijadeFuera de ruta B | calle Decanska s/n | 11000 | BelgradoCalle dedicada antiguamente a Moša Pijade, político serbio de origen sefardí, destacado miembro del régimen de Tito. |
Monumento a los asesinados en camiones de gasFuera de ruta C | Braće Krsmanović 4 | 11000 | BelgradoEn este lugar la Gestapo realizaba un macabro sistema de asesinatos masivos al conectar el tubo de escape de un camión a su caja, cargada de judíos, convirtiéndola en una cámara de gas ambulante. |
Campo de concentración SajmišteFuera de ruta D | Staro Sajmište s/n | 11000 | BelgradoEl campo fue creado en el recinto ferial de Belgrado y fue el lugar en el que los nazis concentraron a casi toda la comunidad judía de la capital serbia. |
Cementerio JudíoFuera de ruta E | Mije Kovačevića 1 | 11000 | BelgradoEn el cementerio están enterrados más de 4000 judíos, la mayoría sefardíes.
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Monumento a las Brigadas InternacionalesFuera de ruta F | Internacionalnih brigada esquina con Nebojšina | 11000 | BelgradoEl monumento recuerda a los más de 1700 voluntarios yugoslavos que se estima formaron parte de las Brigadas Internacionales en España durante la Guerra Civil, entre los que había judíos sefardíes. |
Campo de concentración Topovske šupeFuera de ruta G | Calle Tabanovačka 11 | 11000 | BelgradoTopovske šupe fue el primer campo de concentración que se creó en Belgrado durante la Segunda Guerra Mundial. |
Museo del Campo de Concentración de BanjicaFuera de ruta H | Pavla Jurišića Šturma 33 | 11000 | BelgradoPor este campo de la Gestapo, convertido hoy en museo, pasaron 24 000 mil prisioneros registrados y entre dos mil o tres mil más que no fueron inscritos. |
«El ladino era lengua secreta» comentan varios de los sefardíes entrevistados para la elaboración de la Ruta Cervantes sobre el Belgrado sefardí. Se referían a como, cuando eran niños, sus padres o abuelos, hablaban en judeo-español, cuando querían que sus hijos o nietos no entendieran sus conversaciones.
Los sefardíes belgradenses nacidos en el siglo XX, como es el caso de nuestros entrevistados, apenas conocen ya la lengua de sus antepasados que comenzó su decadencia en la segunda mitad del siglo XIX con la emergencia de los nacionalismos en Europa y la apertura de escuelas públicas en Belgrado, que aceleró la integración de los sefardíes en la capital de Serbia y en su idioma. Algunos comenzaron a renegar del idioma de los orígenes de su familia, el judeoespañol, que quedó acotado al hogar. Ya en el siglo XX, el exterminio de los judíos de la capital serbia durante la Segunda Guerra Mundial supuso su ocaso final.
Visitar el Cementerio judío de Belgrado en donde sus lápidas, con apellidos como Moreno, Kalderon o Alkala, ponen al viajero frente al lejano y casi extinto pasado sefardí de Belgrado. Esos nombres y apellidos son algunas de las referencias que hacen tomar conciencia de una historia sefardí cuyas huellas están cada vez más borrosas o son más difíciles de discernir, de evocar o imaginar en su asentamiento histórico del centro de la capital serbia. La necrópolis está llena de símbolos, monumentos y curiosidades y la mayoría de sus cuatro mil tumbas, son de judíos de origen sefardí. También se recomienda visitar las ruinas del Kal Viejo, la antigua sinagoga de Belgrado, hoy en día destruida, ubicada en la zona de Dorcol, en la que los sefardíes se establecieron a su llegada, hace 500 años. Un lugar para recordar a los sefardíes en la ciudad, en su barrio más emblemático, en el que transcurrió la mayor parte de su historia y en el que por su fuerte transformación urbanística y arquitectónica cada vez más su pasado es casi irreconocible.
David del Río
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