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Las huellas de la cultura en español

rue du Faubourg Saint-Honoré

19 | Sala Pleyel-Gaceta Musical
rue du Faubourg Saint-Honoré 252 | 75008 | París

El 25 de febrero de 1932, cinco años después de que la mítica Salle Pleyel se inaugurara en su actual emplazamiento del barrio de Ternes, obra de estilo deco de Jean-Michel Auburtin, Asturias asistió en ella a un concierto de Les artistes associés de l’Orchestre Symphonique de Paris, dirigido por Nicolas Slonimsky. En el programa del mismo junto a obras de Mozart, Brahms Darius Milhaud y Carl Riggles, figuró Arcana (1925-1927), del gran compositor vanguardista francés Edgard Varèse, estrenada por Leopold Stokowski (a quien está dedicada) en la Philadelphia de 1927.

A ese concierto de París, y al succés de scandale en que se convirtió, dedicó Asturias su crónica de El Imparcial de 31 de marzo de ese año, en la cual califica al compositor de auténtico revolucionario, y el único que ha llevado a la orquesta toda la inquietud contemporánea hecha sonido. Asturias ya había citado a Varèse en sendas crónicas de 1931, la primera dedicada a Las lanzas coloradas, la gran novela de su amigo el narrador y ensayista venezolano Arturo Uslar Pietri, y la segunda titulada ¿Drogarse o no drograrse? Varèse, que en otras ocasiones colaboró con sus amigos Vicente Huidobro y José Juan Tablada, y que también lo fue de Alejo Carpentier, se inspirará en un fragmento del Popol Vuh que le brindó Asturias, a la hora de componer Ecuatorial (1932-1934).

En 1973 volvería Asturias a la Salle Pleyel, donde con sus amigos Rafael Alberti y Louis Aragon y con el grupo Quilapayún, entre otros, participó en un multitudinario homenaje póstumo a Pablo Neruda, que acababa de fallecer en su país en circunstancias trágicas, en pleno golpe de estado militar.

«Edgard Varèse es un deportista fuerte, alto, bien constituido, de ojos verdes muy sanos, cuya pasión la forma un tríptico: el billar, el vino y la musical».

Juan Manuel Bonet

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Miguel Ángel Asturias