
En 1945 Cristóbal Balenciaga participa en la exposición «El teatro de la moda» que organiza el Museo de las Artes Decorativas parisino. Se trata de una muestra de muñecas de 70 centímetros de altura dispuestas sobre diversos decorados parisinos. Los costureros más importantes de la época realizaron conjuntos a escala y en tejidos reales para mostrar el buen hacer de un arte único en el mundo, la alta costura. El lujo y la exquisitez de la muestra contrastaban con la penuria exterior tan solo siete meses después de la liberación de París de la ocupación nazi.
Era un mundo aparte, donde no hubo sanciones para los que mantuvieron su actividad durante la guerra o incluso para los que colaboraron con los alemanes, porque la alta costura era un ámbito tan importante para la creación como para la economía «made in France».
61 años después, en 2006, el museo organizó la que ha sido, probablemente, la mayor retrospectiva del trabajo de Cristóbal Balenciaga hasta la fecha (véase Pamela Golbin, Balenciaga Paris, pág. 53, Ed. Thames and Hudson, 2006).