En este lugar la Gestapo realizaba un macabro sistema de asesinatos masivos al conectar el tubo de escape de un camión a su caja, cargada de judíos, convirtiéndola en una cámara de gas ambulante.
Hoy en día un monumento en el enclave recuerda la memoria de las víctimas.
“Se llegó a la decisión de matar a los judíos en Serbia. Para eso ya existían medios probados con éxito. Me refiero a recursos técnicos: el camión con cámara de gas, que se había utilizado en el campo de Chelmno o Kulmhof (en alemán) en los prisioneros de guerra soviéticos, en otros prisioneros también, y que ya se había utilizado en el Frente Oriental para matar a los judíos.
Así que, a mediados de marzo, en 1942, llega de Berlín a Serbia el furgón para gaseamientos, con dos suboficiales de las SS, ya experimentados en el cometido de matar a la gente”
(Milan Koljanin, historiador, en entrevista con Rutas Cervantes)