Consuelo de Saint Exupéry

La Embajada de El Salvador y José Martínez Fructuoso, con la colaboración del Ayuntamiento de París, hicieron colocar un monumento conmemorativo a la memoria de Consuelo y Antoine Saint Exupéry. Inaugurado en 2013, es una estela con un medallón de bronce esculpido por Consuelo que representa a su marido.

En 1940, Consuelo alquila un apartamento situado en el número 24 de la rue Barbet-de-Jouy. Con bonitos techos altos y una terraza balaustrada, Consuelo conservará este apartamento hasta su muerte en 1979, siendo su más estable dirección parisina.

La compañía aérea Air France invitó a Consuelo a una sesión de dedicatorias de más de doscientos libros de El principito  en este lugar.

Al regresar a Francia en 1936, como su apartamento está ocupado, debe alojarse en el hotel Palais d’Orsay, inaugurado en 1900 para hospedar a visitantes de la exposición universal y que se ubicaba en un ala del actual Museo de Orsay.

Con motivo de la ceremonia del Premio Fémina, el 4 de diciembre de 1931, atribuido a Vuelo nocturno, la pareja vuelve a París desde Casablanca y se instala en este hotel, en las suites 108 y 109, a dos pasos de la NRF y la editorial Gallimard.

Juntos, o cada uno por su lado, Antoine y Consuelo se alojaban en este hotel para descansar, trabajar o tan solo para disfrutar. El histórico hotel Lutetia se convirtió en un segundo hogar para la pareja.

La Brasserie Lipp en Saint-Germain es la cantina preferida de Antoine Saint Exupéry. Con frecuencia, Antoine va acompañado de Consuelo.

Bastante tiempo después de la desaparición de Antoine, Consuelo se habituará a salir a cenar de tarde en tarde en esta célebre e histórica brasserie de Montparnasse.

Durante los años treinta, Consuelo frecuentó esta desaparecida academia de la que salieron varios artistas que formaron la Escuela de París.

Consuelo se encontraba en este café con Marie-Berthe Aurenche, esposa de Max Ernst y del pintor Chaïm Saoutine, con la que participó en una monografía de Man Ray publicada en 1932.

En la fuente del Observatorio que se ubica en un extremo del jardín, muy próxima al mítico café de La Closerie des Lilas, el escritor guatemalteco Enrique Gómez Carrillo pidió matrimonio a Consuelo.

Consuelo visitó a menudo el taller de su amigo, el pintor español Óscar Domínguez. Tras su suicidio, pintó en su memoria La palette de Domínguez.

En 1938, gracias a su amigo el escritor surrealista Benjamín Péret, Consuelo alquiló un taller en este lugar, en el que también tuvo un estudio el fotógrafo Robert Capa.

Gracias a su amistad con André Breton, a quien había conocido en la Nouvelle Revue Française, NRF, Consuelo entró en contacto con el movimiento surrealista.

Consuelo asistió con varios artistas a un acto organizado en las Bodegas de la Torre Eiffel. Este momento lo recogen varias fotografías donde Consuelo aparece con Salvador Dalí y el pintor francés Pierre Langlade.

En 1959 Consuelo realiza una de sus exposiciones más importantes en la Galerie Bernheim-Jeune situada muy cerca del Palacio del Elíseo.

El 8 de marzo de 1974 tuvo lugar en esta ópera un acto organizado por la Asociación de Antiguos Alumnos de la Escuela de Aviación. En una de las fotografías del homenaje, Consuelo conversa con Joseph Kessel, amigo de su marido Antoine.

En 1948, a su vuelta de Nueva York, Consuelo fue invitada al Palacio del Elíseo para una entrevista con el presidente de la República de la época, Vincent Auriol, para hablar sobre un monumento en honor de Antoine de Saint Exupéry.

Para mantenerse económicamente, Consuelo encuentra trabajo como periodista especializada en entrevistas en lengua española en la emisora de Radio París, que en 1938 se encontraba en el número 79 del bulevar Haussmann.

Tras la muerte de Enrique Gómez Carrillo, Consuelo conservó el apartamento que poseía el escritor y diplomático, en el segundo piso de un inmueble situado en el número 10 de la rue de Castellane, en el distrito octavo. Aquí Antoine de Saint-Exupéry terminó de escribir Vuelo nocturno.

Durante toda su vida Consuelo recordó a Enrique Gómez Carrillo con ternura y reconocimiento. Decía que él había sido todo para ella, su amor, su marido, su padre y su guía. Con él, en el plano afectivo, conoció por primera y última vez la serenidad de una vida tranquila. Por todas estas razones, ella decidió reposar junto a su esposo en el cementerio de Père Lachaise.