En 1948, a su vuelta de Nueva York, Consuelo fue invitada al Palacio del Elíseo para una entrevista con el presidente de la República de la época, Vincent Auriol. El Estado francés tenía previsto erigir un monumento a la memoria de Antoine de Saint Exupéry que no convencía a Consuelo ya que lo consideraba que la propuesta del monolito resultaba fría. Por este motivo, Consuelo propone que este monumento sea una fuente de agua de la que los niños puedan beber. Esta anécdota fue recogida por el periodista René Barotte para «Paris-Presse» y publicada en 1948.
Martine Martínez Fructuoso