El ambiente bohemio de Montmartre sedujo a Manuel Machado, que llegó a París antes que Antonio; el mayor actuó de anfitrión deslumbrado del otro hermano que, sin embargo, apenas dejó testimonio ni desde luego mostró ningún entusiasmo de sus habituales paseos por la zona
Atmósfera de Montmartre:
«Juventud, amores, belleza y mujeres. Qué importa la pobreza del cuarto, la ruindad del traje, cuando el alma está llena de concepciones y de valores inestimables, tesoros del ingenio y del corazón.»
Manuel Machado, Obras completas
«Estando un día sentado con Gómez Carrillo y con los dos poetas hermanos delante del Moulin Rouge, apareció Oscar Wilde, y Carrillo se levantó a hablar con él.»
Pío Baroja, Desde la última vuelta del camino