
No hay pruebas de que Albéniz viajara a París en 1867, en compañía de su madre y su hermana Clementina, para recibir lecciones particulares de Antoine-François Marmontel (1816-1898), profesor en el Conservatorio desde 1848 hasta 1887, para preparar una audición de admisión al Conservatorio. Por su clase pasaron entre otros Bizet, D’Indy y Debussy. Pero el biógrafo Antonio Guerra y Alarcón dice:
En aquella época contaba nuestro héroe 6 años, y viendo su padre las grandes facultades artísticas que le adornaban , decidió mandarle en compañía de su madre y su hermana Clementina a París donde permaneció 9 meses, frecuentando la casa de Antoine François Marmontel. El maestro dijo en cuanto le escuchó: «Este será un gran artista, si tiene buena dirección (…)». Después de haber hecho con una seriedad imperturbable un brillante examen de ingreso en el Conservatorio de París, cogió una pelota y, tirándola contra el primer espejo que vio, le diera tan tremendo pelotazo que le partió en multitud de pedazos; lo que, visto por los profesores, y comprendiendo que aún era muy niño, dijeron que hasta pasados dos años no le era permitido ingresar en aquel Conservatorio.
(Antonio Guerra y Alarcón, Isaac Albéniz: Notas crítico-biográficas de tan eminente pianista)
Gabriel Fauré, director del Conservatorio de Música de 1905 a 1920 y gran amigo de Albéniz, le había invitado a formar parte de los jurados de piano en el Conservatorio en 1906 y 1907. En una carta de 1908 dirigida a Albéniz, cuando ya estaba muy enfermo, termina diciendo:
Y todos esos concursos sin Albéniz y sus divertidas comidas, es triste.
(Gabriel Fauré, Correspondencia)