Tras huir en julio de 1936 de su casa de Vera de Bidasoa y pasar los Pirineos a pie, Baroja se trasladó a París, instalándose en el Colegio de España.
A lo largo de los más de tres años que Baroja pasó en el Colegio de España coincidió con no pocos intelectuales españoles que también pasaron allí parte del conflicto bélico, Américo Castro, el físico Cabrera o el filósofo Zubiri, ex rector de la Universidad Complutense. También por aquellos años Baroja mantuvo una relación asidua con un grupo de españoles amigos que se habían instalado en París, huyendo del conflicto fratricida. En el libro titulado Aquí París, aparecido en 1955 pero escrito parcialmente entre 1936 y 1940, Baroja rememora esos años de estancia en el Colegio de España.
«El cuarto que me dieron estaba bien, la comida en el restaurante era un poco pobre, pero en cambio resultaba muy económica, cosa de importancia en aquel tiempo mísero. Yo no tenía más remedio que vivir de ese modo porque no contaba con más recursos que trescientos francos, que era lo que ganaba en un artículo que debía mandar «La Nación», periódico de Buenos Aires»
Desde la última vuelta del camino. Pío Baroja