En esta dirección, en «las catacumbas del cine» Louxor, un magnífico cine art-deco neo-egipcio de los años 20 que la Alcaldía de París está renovando ahora, Juan Goytisolo, allá en los 60-70, iba tanto a ver películas populares (karate, filmes indios) como a ligar, topando a veces con otros ilustres escritores en busca como de sensaciones fuertes con jóvenes árabes del barrio o de los suburbios.
El Luxor (sic) era un auténtico palacio del cine, con su platea, anfiteatro y cazuela de precio único y cuyo público abigarrado se interesaba sólo en parte en lo que acacecía en la pantalla: la verdadera trama transcurría para muchos en los lavabos del sótano y entresuelo, las filas superiores del mezzanine y la totalidad del gallinero. Los asiduos solían ser mayoritariamente inmigrados y una minoría fiel, heterogénea […]
(Carajicomedia) Juan Goytisolo