Inicio:Café Les Oiseaux |
Fin:Revista Libre |
«El exilio en París fue para mí una liberación»
Juan Goytisolo vivió desde 1956 durante cuarenta años en París, ciudad de la que conoció su cara más intelectual y en la que amó la más popular, y que aparece en gran parte de su obra, como en su novela Señas de identidad.
Cuando Juan Goytisolo iba al Cine Louxor del Boulevard Magenta, en el cruce con el «bulevar de los bulevares» como él llamaba al Bulevar Rochechouart, veía a veces al gran semiólogo francés Roland Barthes, «R. B.», al que nuestro escritor describe irónica pero tiernamente «vagando por los santos lugares [del cine] con discreto celo: venía, veía y triunfaba como el César, saludando con una leve inclinación de cabeza a los representantes del gremio de adictos a este Parnaso de plumero y pluma» (Carajicomedia, 2000).
Visitar el Café des Oiseaux, en la Place d’Anvers, frente al Elysée-Montmartre. En este café «histórico», del que el pintor Maurice Utrillo y el escritor y teórico surrealista André Breton, casi un vecino, eran asiduos, Juan Goytisolo solía charlar, en los años 60 y 70, con sus amigos Jean Genet o Severo Sarduy. Algo queda de aquella época en este café abigarrado, cosmopolita y con la clientela de un barrio variopinto, donde desfilan obreros, comerciantes, colegiales y trabajadores/as de la noche además de los turistas extranjeros, los viejos vecinos del barrio y los jóvenes progres chic de la cercana calle Trudaine. El Café des Oiseaux sigue vivo y bien vivo, y tomar una copa, a cualquier hora, o almorzar allí, en este decorado a todo color y con una atmósfera muy «sesentera» se revela toda una experiencia del París popular, un París que desaparece paulatinamente ahora en la mayoría de los barrios, y que amaba tanto Goytisolo.