Luis Mariano actúa cada tarde en el «CAVEAU» y entre los clientes, André Varon, un rico tostador de café, traba amistad con él. A Luis no le importaba entregar bolsas de café en bicicleta, de esta manera, su patrocinador podía ayudarle económicamente sin tener que darle limosna.
«Fue, durante ese periodo cuando tuvo una pasión muy novelesca y muy breve con una cantante del Cabaret «Le Caveau»; una aventura de algunos días que se terminó por una fuga y una vuelta a casa en coche celular, mi padre no bromea con este tipo de fantasías» (Luis Mariano, Mi vida y mis amores, Ediciones de París, 1954)