Entrado ya el siglo XX, Rufino José decide cambiar de residencia por última vez. A finales del siglo XIX y aún a principios del siglo XX, el paseo del bosque de Boulogne era uno de los más transitados por los franceses, en sus días o momentos de descanso. La cercanía al bosque le daba inicialmente la tranquilidad a Rufino que él necesitaba para su trabajo, pero también para su reposo. Sin embargo, las transformaciones aceleradas de la industria que se presentaron en ese cambio de siglo y las expansiones de la ciudad, transformaron por completo el barrio de Passy. Así lo describe Rufino José:
«Passy es uno de los barrios de París (el XVI) y naturalmente está dentro de las fortificaciones; las comunicaciones con el centro son muy fáciles y baratas: en ómnibus o tranvía (1a clase 0.30; 2a 0.15 de franco) hay de mi casa a la Ópera una media hora; por el Metropolitano (1 a cl 25 cs – 2a 15 cs) hay algo menos. De algún tiempo a esta parte ha ido tomando este barrio grande incremento, se están construyendo casas lujosísimas, todo a causa de que linda con el Bois de Boulogne, como U. sabe, el paseo más elegante de esta ciudad, y, además, de que en él existen muchos colegios frecuentados por jóvenes acomodados.»
Carta de Rufino José Cuervo a Enrique W. Fernández, 26 de abril de 1907