Según la versión de un familiar suyo, Mario Vargas Llosa acostumbraba a almorzar en La Petite Hostellerie en los años sesenta, antes de ir a trabajar. Se ubica en una zona muy turística que ofrece al visitante una amplia oferta de restaurantes exóticos.
«Después del mediodía, escrupulosamente salía de su apartamento de la rue de Tournon para encaminarse a La Petite Hostellerie —un restaurante muy económico y agradable no lejos del bulevar Saint Germain (rue de La Harpe)— donde comía de manera frugal, rito en el que yo participé algunas veces» (Frederick Cooper Llosa, primo y amigo, en Mario Vargas Llosa, La libertad y la vida).
El lugar aparece también brevemente en la novela Travesuras de la niña mala:
«Esa misma tarde fui a buscar a la camarada Arlette a su hotelito de la rue Gay-Lussac y la llevé a comer un steak frites a La Petite Hostellerie, de la rue de La Harpe (Mario Vargas Llosa, Travesuras de la niña mala, Alfaguara).