La guillotina tuvo su emplazamiento en esta plaza y Goya debió presenciar una ejecución que le sirvió de inspiración para los dibujos titulados «Castigo francés». El artista plasmó en sus dibujos éste y otros aspectos de la vida popular así como algunos de sus temas predilectos, probablemente con vistas a una posterior tirada litográfica que, sin embargo, no llegó a realizarse.
« Goya estaba entonces (en Burdeos) sereno y era muy prolífico dando prueba de una viva curiosidad. Animado por unas insaciables ganas de aprender, no le faltaba inspiración. Realizó más de ciento veinte dibujos (perdidos la mayoría de ellos)”, Pierre Gassier, Goya, Ginebra, Skira, 1955.
«Goya está bueno, se entretiene con sus borradores, se pasea, come y duerme la siesta; me parece ahora que hay paz en su casa», carta de Moratín a Juan Antonio Melon, mayo 1827. (Epistolario de Leandro Fernández de Moratín, Edición a cargo de René Andioc, Editorial Castalia, 1973)
«(…) y los diez últimos años de su vida los pasó siempre dibujando» Javier de Goya (Goya. Cuadros y Dibujos. Biografía y Epistolario, Edición de Francisco Zapater, Editorial Calleja, 1876)