Uno de los puntos más entrañables y memorables por los lectores y amantes de Rayuela.
[…] te acordarías quizá de aquel paraguas viejo que sacrificamos en un barranco del Parc Montsouris, un atardecer helado de marzo. (Capítulo 21)
[…] te acordarías quizá de aquel paraguas viejo que sacrificamos en un barranco del Parc Montsouris, un atardecer helado de marzo.
(Capítulo 21)