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La ciudad de Burdeos ha querido rendir homenaje a una de sus protagonistas dedicándole una calle, en 1902, utilizando el nombre afrancesado con que la propia Teresa firmaba al establecerse en este país. Numerosos admiradores de la época reclamaron una estatua en homenaje a la mujer que logró arrancar de la guillotina a cerca de un millar de bordeleses. Sin embargo, este deseo nunca fue hecho realidad. La ciudad no cuenta con ningún monumento dedicado a su persona. Aunque la calle nada tiene de particular y está un poco a alejada, sirve de recuerdo para la posteridad.
En la correspondencia del conde d’Allonvile, éste rinde homenaje a la presencia de Teresa Cabarrús en la ciudad: “Burdeos debería levantarle una estatua”. En la misma línea el conde de Paroy subraya: “Esta señora de Fontenay, a la que los bordeleses deberían erigir una estatua del reconocimiento reproduciendo su rostro, ha rendido numerosos servicios y ha padecido numerosas muestras de ingratitud que deberían enrojecer a la especie humana. Respecto a mí, no puedo más que expresar mi reconocimiento, ya que he sido testigo de su tormento por no poder ayudar a toda la gente que ella hubiera deseado salvar”. KERMINA, Françoise, 2006, Madame Tallien, París, Perrin, p.52.
