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Cuando Frida Kahlo llegó a París, se encontró con que la exposición que Breton le había prometido no estaba confirmada y que éste ni siquiera había sacado de la aduana las obras que ella le había enviado previamente.
Por si fuera poco, los socios de la galería Pierre Colle en la que se iba a exponer la muestra, la del marchante de Dalí en la época, rechazaron los cuadros de Frida por considerarlos demasiado agresivos, en particular «Nacimiento» y «Unos cuantos piquetitos».
«Exposición sin arreglar todavía estoy furiosa Breton pinturas detenidas aduana díceme grandes dificultades sacarlas hízome venir gastar dinero sin seguridad ninguna (…) quiere quédeme dos o tres meses yo no quiero aburridísima todo debido su pautelonería (Fragmento de telegrama enviado desde París por Frida a Diego Rivera, el 29 de enero de 1939)
«(…) estos líos tiénenme desesperada furiosa arrepentidísima haber venido caer manos surrealistas pelotones» (Fragmento de telegrama desde París de Frida a Diego, el 3 de febrero de 1939)
«Pierre Colle vio las pinturas, le gustaron pero desde luego dijo que el nacimiento no podía exponerlo- y que la de los piquetitos no le parecía bien pintada. A los pocos días vino su asociado, un viejito como de 400 años, que es el de la mosca en la galería, un viejo pendejo con ideas más anticuadas que la chingada (…) dice horrores de Ruseau y de toda la pintura moderna».
«Se asustó de tal modo que todavía es la fecha que no resuelve definitivamente si hace la exposición o no. El Nueva York le pareció indecente pues dice que jamás había visto alguien que pintara excusados sobre columnas, el nacimiento le cayó como bomba en el culo, el crimen lo espantó y todo lo demás lo mismo. De las 17 pinturas la única que aceptó como de su gusto fue el pinche retratito de los pericos, lo cual demuestra, que es la mierda más horrenda que he pintado».
(Carta de Frida a Diego fechada en París, el 13 de febrero de 1939)
