Aquí se desató el «Affaire Rivera». Tras el banquete que Léonce Rosenberg ofreció en Lapérouse los invitados siguieron la velada en el apartamento del pintor André L’Hote, donde sobrevino el pleito entre Diego Rivera y Pierre Reverdy.
Según el testigo presencial Max Jacob, el poeta Pierre Reverdy quien se había ungido como teórico del cubismo profirió un discurso arrogante en el que trató a sus colegas ahí presentes con tan poco respeto que Monsieur Rivera se dio por insultado y le plantó una bofetada sin reparar en sus talentos de orador. (Robinson, Herejías cubistas)
«Pierre Reverdy gritaba: ¡Abofetearme a mí, a mí, a mí. Volaron por los aires algunas piezas de porcelana y cristalería. Se habló ahí mismo de que el caso debería sellarse con un duelo. Arrepentido, Rivera se disculpó y tendió la mano a Reverdy, pero éste se negó a estrecharla.»
Luego del pleito con Pierre Reverdy, la situación de Diego Rivera nunca volvió a ser la misma en París. No obstante, ya en México, mantuvo buenas relaciones con André Breton, que serían de importancia para el reconocimiento de Frida Kahlo, su tercera mujer, como pintora afín al surrealismo.
(Robinson, «Herejías cubistas») J. Moreno Villarreal