Durante la década de los treinta, Schiaparelli elabora en colaboración con Dalí algunos de sus diseños más conocidos. Entre ellos destacan el sombrero-zapato, el vestido-esqueleto y el vestido-desgarro.
También la influencia de Dalí es notoria en Bettina Bergery y en las instalaciones ideadas por ella para la boutique de Schiaparelli situada en la place Vendôme.
Nada es, en efecto, más trágico y vano que la moda, y del mismo modo que para una inteligencia de primer orden, como la mía, la guerra de 1914 estuvo representada por Mlle. Chanel, la guerra que pronto iba a estallar y a liquidar las revoluciones de posguerra estaba simbolizada, no por las polémicas surrealistas del café de la plaza Blanche 135 ni por el suicidio de mi gran amigo René Crevel, sino por el establecimiento de modas que Elsa Schiaparelli se disponía a inaugurar en la place Vendôme.
(Vida secreta, tomo 1, p. 819)