Compartir 
Asturias dedicó una de sus crónicas (Ladrillos divinos, 25 de diciembre de 1928) de El Imparcial a este muy singular edificio de ladrillo, entonces en construcción, obra de Paul Bigot al cual no menciona-, y entonces sede del Institut d’Art et d’Archeologie de l’Université de Paris. Se alza junto al Luxembourg, parque donde en 1927 había entrevistado para el mismo diario (13 de agosto) a su compatriota Arqueles Vela, narrador integrado a la escena mexicana, y una de las principales figuras del estridentismo, el primer movimiento articulado de la vanguardia en el país azteca.
«Frontero al Luxemburgo están construyendo un edificio de ladrillo, que todo el que pasa se detiene a admirar. (…) De él, sin mentira, se desprende una lección de optimismo. (…) En estos tiempos no he visto obra en construcción que respire más ambiente moderno y antiguo que ésta: moderno por su concepción, por su ejecución, y antiguo por sus lineamientos que sugieren todos los estilos, pero sobre todo el bizantino, el morisco y el del Palazzo Vecchio, de Florencia».
Miguel Angel Asturias
