En dos ocasiones Neruda visitó oficialmente el Palacio del Elíseo para reunirse con el presidente Georges Pompidou: primero al presentar sus cartas credenciales como embajador el 26 de marzo de 1971 y luego, el 26 de octubre de 1972, para tratar el conflicto del embargo del cobre obtenido por la Braden Copper Corporation, compañía norteamericana nacionalizada por el Gobierno de Allende en una demanda presentada ante el Tribunal de Gran Instancia de París.
«El Embajador Poeta […] pudo hacer una gestión importante y eficiente ante el presidente Georges Pompidou en los días del embargo del cobre por órdenes del Tribunal de Gran Instancia. Consultó a la dirección de Protocolo si podía visitar al señor presidente de la República acompañado por mí, su ministro consejero, y le contestaron que no era posible. Partió solo, entonces, al Palacio del Elíseo, y tuvo la idea de llevar un ejemplar de Cien años de soledad, la novela de García Márquez, que acababa de aparecer en su versión francesa. Hubo, pues, un breve preámbulo literario en esa conversación, como correspondía a un embajador que era poeta y a un presidente que había sido profesor de letras y que había hecho en su juventud una excelente antología de la poesía francesa».
(Jorge Edwards, Adiós, Poeta, Tusquets Editores, 1990).