Página Principal

Las huellas de la cultura en español

quai de Bourbon

Estudio (Hotel Le Charron)
quai de Bourbon 15 | 75004 |

A fines de los noventa, Jorge Edwards terminó de escribir la novela «El sueño de la historia» (2000) en un estudio de la isla de Saint-Louis. De sus paseos por los bellos alrededores de la La Cité proviene la cita siguiente:

«€œEl Sena tiene dos islas en la región del centro de París. Están unidas entre sí por un puente y se extienden desde el llamado Pont-Neuf, que es uno de los más antiguos de la ciudad, si no el más antiguo, hasta un barrio cercano a la place de La Bastille por la ribera derecha y al viejo Mercado de los Vinos, dominado ahora por el Instituto del Mundo Árabe, en la ribera izquierda. La primera de las islas, la isla de la Cité, que todos conocen por la catedral de Notre Dame y por la Sainte Chapelle, la Santa Capilla del Rey Luis, es el lugar de la fundación, de los orígenes. La segunda, la isla Saint-Louis, nombrada así, supongo, en homenaje al mismo rey santo de la Santa Capilla, estaba formada en el pasado por una isla relativamente grande, deshabitada, utilizada como lugar de depósito de barcos, de instrumentos de navegación, de arreos de pesca, y un islote donde pastaban algunas vacas. Este segundo conjunto fue unido y urbanizado en tiempos de Enrique IV y de Luis XIII.

La mayoría de las construcciones que todavía perduran, sobre todo en el Quai de Bourbon y en el Quai d’Anjou, frente a la ribera derecha, en las proximidades del Hotel de Ville, el Ayuntamiento de la Cité, y del barrio del Marais (el Pantano), fueron levantadas a mediados del siglo XVII por grandes personajes y proveedores de la Corte. Yo pasé un par de meses en un estudio cuyas tres ventanas dan sobre el patio del Hotel Le Charron, una de las Cours históricas de la isla. A veces un grupo de turistas japoneses o australianos, dedicados a observar el patio venerable, me miraba con curiosidad, mientras yo pasaba con una marraqueta de pan fresco y algunos diarios y libros y subía por una escalera soberbia, aunque peligrosamente escorada. Debían de imaginarse que era el sobrino nieto de Émile Bernard, pintor del grupo de Pont Aven, el de Paul Gauguin, entre otros, que vivió en un lado del edificio, o un colega de un vulcanólogo célebre que ocupa uno de los departamentos del piso más alto. Si hubieran sabido que era un escritor de América del Sur y que me encerraba en dicho estudio para terminar una novela de la Colonia chilena, probablemente habrían quedado estupefactos».

(«Secretos de una isla» en Diálogos en un tejado, Tusquets, pp. 157-158)

Progreso en ruta

Estudio (Hotel Le Charron)