El Teatro de los Campos Elíseos es un edificio, construido en 1913, de estilo mixto, Art Decó y Clásico. El 28 de marzo de 1929, se estrenó en este teatro, en los conciertos del director Walther Straram, la obra de Joaquín Rodrigo «Cinco piezas infantiles», con gran éxito de público y prensa. Y en este mismo Teatro, el 16 de mayo de 1950, tuvo lugar la audición del «Concierto de Aranjuez» con la Orquesta Nacional de España, bajo la dirección de Ataúlfo Argenta y Narciso Yepes como guitarrista.
«Era el mes de marzo de este mismo año 1929 cuando recibía una invitación para asistir al estreno de sus «Cinco piezas infantiles» por la orquesta Straram. Fui al concierto en compañía de mi amiga Mercedes. La sala del teatro de los Campos Elíseos estaba abarrotada de gente, toda la flor y nata del mundo musical parisién. Desde mi butaca observaba al joven autor, sentado en una platea, rodeado de sus amigos. De nuevo me llamó la atención la forma de su frente, es la frente de un genio, pensé impresionada.
«De la mano de Joaquín Rodrigo, la Historia de nuestra vida», de Victoria Kamhi Rodrigo.
«El jueves tuvo lugar el estreno de «las infantiles» en el Teatro de Champs Elysées. Estuvo la cosa bien de veras. La dirección del teatro se apresuró a enviarme el mejor palco, y esto sólo ya le probará que estamos lejos de nuestra flamante filarmónica . Querol, Rafael y yo, y dos amigos más, lo ocupábamos. Yo realmente fastidiado y un poco nervioso… Muy bien de gente entre la que se encontraba gran parte de la crítica parisiense, cosa no fácil en París, no por mí, naturalmente, sino por Straram y su orquesta. Y Paul Dukas, este sí estaba por mí, y cosa muy de agradecer pues el maestro, encontrándose un poco delicado, no sale nunca por las noches. Le envío dos críticas.»
«(…) Hemos descubierto a un joven compositor español cuyo nombre conviene recordar, Joaquín Rodrigo. Sus «Cinco Piezas infantiles», que fueron interpretadas ese día, están llenas de encanto y buen humor, de simplicidad y de precisa observación.» («Paris Soir» firmado por Louis Aubert, 2 de abril de 1929).
Carta de Joaquín Rodrigo a Eduardo López-Chávarri, 4 de abril de 1929