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Dalí incluye en su libro Les diners de Gala (1973), editado por Draeger, recetas preparadas por grandes maestros de la gastronomía francesa. Entre los restaurantes, menciona a Maxim’s. En los ochenta, siendo Dalí mayor, pide que le envíen una grabación con la música que Maxim’s ofrecía a sus clientes.
«Como cada año, Salvador Dalí ha plantado su tienda de nómada en un palacio parisino (…). Ha cenado en Maxim’s, ha comido en Tour d’Argent. Su nueva pasión: la pintura al láser. Sus seis días incluyen un séptimo: el domingo que, para Dalí, es un día como otro, con grand lever y siesta. Vuelve a marcharse a Cadaqués. Regresará en otoño, a comer hortelanos.
«Antes de comer en Maxim’s, me he concentrado de una manera de lo más urgente en la idea de la muerte de Malebranche. ¿Cómo percibiremos los objetos en la vida que seguirá a nuestra muerte? ¿Los colores, las formas, las estructuras, son las mismas que durante la vida? No».
Ensayos 1 Vol. 4, página 839
