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El Marqués de San Adrián, José María de Magallón, cambia su Palacio de Tudela por una residencia en el corazón de Burdeos. Exiliado de primera hora, llega a Burdeos en 1813 junto a su hija legítima, Paula, y su numeroso servicio. Con Silvela, el aristócrata sería uno de los más destacados jefes espirituales josefinos de la ciudad.
Ministro de ceremonias durante el reinado de José I, el Marqués de San Adrián fue un doble exiliado. Ganó Burdeos como afrancesado en 1813 y como liberal en 1823. Su segunda llegada a Burdeos, coincidió con la muerte de su hija. En la capital de Aquitania, tendrá tres hijas con su amante Catalina Moreno.
