
Teresa Cabarrús se instala en el antiguo Hotel de Inglaterra, que después pasó a llamarse la casa Franklin. En su amplio y luminoso apartamento, situado en el primer piso, invitaba a las principales autoridades de Burdeos. Los balcones estaban decorados con plantas y flores. Allí tenía su «gabinete de favores» (bureau des grâces) donde recibía a todos aquellos que solicitaban su ayuda y benevolencia. Antes de instalarse en el Hotel Franklin, Teresa Cabarrús vivirá en casa de un tío suyo, situada en la calle Neuve.
Había decorado su balcón con naranjos y en su salón había varias guitarras además de un piano y un arpa. También tenía una gran biblioteca desordenada que daba prueba de sus consultas literarias.
(Memorias del Conde de Paroy, p. 381)