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En 1910, la rue Jean Ferrandi se llamaba rue de Bagneux. En los números 3, 5 y 7 había talleres de artistas. Los inmuebles, hoy renovados, conservan el alzado original, con acceso a través de un corredor central. El primer taller de Diego Rivera en París se encontraba en el número 7, interior 8.
En el taller de Diego trabajaban también Angelina Beloff y la pintora española María Blanchard. Según contaba María, Angelina era quien ponía orden en el sitio, pues ni a ella ni a Diego les gustaba limpiar. En una ocasión en que Angelina salió de viaje, el conserje se apersonó para tirar un viejo bistec a la basura, porque los vecinos se quejaron del olor.
«Hablábamos del matrimonio. Diego argüía que sentía temor, en caso de que nos casáramos, de que por falta de trabajo tuviéramos que vivir en el taller, y que si teníamos un hijo tendríamos que tender los pañales adentro; si el niño lloraba y gritaba mientras él trabajaba, sería capaz además de tirar al niño por la ventana.»
(Angelina Beloff, «Memorias»)
