
Cuando los blindados de la Segunda División Blindada entraban en París, un abogado de origen norteamericano, llamado Robert Miller, corrió hacia el primer blindado que pasó ante su domicilio, dio a los soldados la bienvenida en inglés; después, al no obtener respuesta, en francés; pero con el mismo éxito. Estupefacto, Miller se preguntó si eran sordomudos. De repente descubrió que eran voluntarios españoles.
(Paris brule-t-il? [¿Arde París?], de Lapierre et Collins, p. 353)