Lugar «mágico» muy frecuentado por el escritor. En uno de sus barrancos, junto a la vía del tren, la Maga y Horacio Oliveira despeñaron un paraguas viejo como se cuenta en el famoso primer capítulo de Rayuela.
«Sitio mágico, absolutamente mágico, cargado de mil fuerzas que yo he sentido profundamente cada vez que he ido a pasearme por ahí».
De una carta a María Rocchi de Jonquières, 21 de abril de 1952