Goya, Moratín o Silvela, tras un exhausto viaje, dejaron en esta plaza su primera huella en Burdeos. Aquí llegaba y de aquí partía la diligencia, y por lo tanto, esta plaza, puerta de acceso al “Triángulo de Oro” bordelés, fue la primera estampa que de su ciudad adoptiva verían nuestros compatriotas.
La estatua de Louis de Tourny, Intendente de la Guyena entre 1743 y 1757, preside la plaza que lleva su nombre. A él se deben muchas de las joyas del patrimonio arquitectónico de una ciudad a la que quería convertir en la más bella del Reino, como el Jardín Público o los muelles del Garona.