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Las huellas de la cultura en español

Rue de la Légion d'Honneur

Museo de Orsay
Rue de la Légion d'Honneur | 75007 |

Dalí, a su paso por la Gare d’Orsay a finales de los años veinte y principios de los treinta, no imaginó que dicha estación albergaría, muchos años después, el óleo que tanto influyó en su obra y su pensamiento: L’Angelus (1857-1859) de Millet.

En la tarde siguiente tomé el tren para España y, antes de partir, comí en la Gare d’Orsay una sopa de fideos que para mí fue como un sueño en que cantaran todos los ángeles del cielo. Era la primera vez, desde mi enfermedad, que volvía a tener apetito. Cada uno de los resbaladizos fideos parecía susurrarme: «Ya no tienes que estar enfermo, pues no tienes que meterte a París en el bolsillo».
(Vida secreta, tomo 1, p. 611)

Colgué, pues, mis achaques en el perchero de la Gare d’Orsay, como si fuera un gabán viejo que no pudiera servirme lo más mínimo en el verano en que me embarcaba. Si otro invierno necesitaba una dolencia para cobijarme ante las inclemencias de mi mala suerte, preferiría comprar un abrigo flamante. Y me retiré a mi litera del tren, que iba directamente a España y me depositaría en Figueres.
(Vida secreta, tomo 1, p. 682)

Que yo había alcanzado la fama, lo sentí y lo supe en el momento mismo de apearme en la Gare d’Orsay, en París. Pero la había alcanzado sin advertirlo y tan rápidamente, que me hallé solo, sin ser conocido de nadie y sin pasaporte ni equipaje.
(Vida secreta, tomo 1, p. 744)

Tomamos el tren en la Gare d’Orsay cargados como abejas. Hasta donde alcanza mi memoria, siempre he deseado viajar con mis documentos, es decir, con unas diez maletas atestadas de libros, fotos de morfología, insectos, arquitectura, textos e infinitas notas.

(Vida secreta, tomo 1)

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