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De acuerdo a diversos testimonios y a sus cartas, Frida no realizó muchas compras en París. La única que destaca en su correspondencia es la de unas muñecas antiguas que adquirió en el marché aux puces (mercado de las pulgas), un histórico rastro (tianguis) del norte de París, y que son conservadas en la Casa Azul de México junto a otros pequeños objetos que adquirió en el lugar, entre ellos, un wc en miniatura.
«…tengo suficiente dinero para ir al Mercado de las pulgas y comprar un montón de porquería que es una de las cosas que más me gusta. No tengo que comprarme vestidos o cosas así, que siendo como soy una «Tijuana» ni siquiera llevo bragas, ni tampoco medias. Las únicas cosas que compré aquí son dos muñecas antiguas de época. Una es rubia con los ojos azules, los ojos más maravillosos que puedas imaginar. Va vestida de novia».
«Durante años he esperado a tener una muñeca como ésa porque alguien me rompió una que tenía cuando era niña y no pude encontrarla de nuevo. Tengo una camita en México que irá perfectamente para la más grande».
(Carta de Frida a Nickolas Muray fechada en París, el 27 febrero de 1939)
