
Con la visita a esta segunda librería comprobará que los libreros no son confiables, que guardan muchos prejuicios contra ella, sus ideas y contra su público lector. Este será un nuevo aliciente para iniciar su Tour, es decir, para presentar su obra directamente a los obreros.
Saliendo de allí, fui a la librería de Chaumas, calle de Chapeau-Rouge. Este es un hombre aún joven; común, vulgar, con un aire de viajante de comercio; y hablando con la imprudencia propia de los descarados de este país, le pregunté si había encontrado mi libro. «No, todos se han vendido».(
(Tristán, Flora, Tour de France, 36)