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Gabriel García Márquez y Tachia Quintana tuvieron su primera conversación en el café Le Mabillon, donde él la esperó la noche en que se conocieron mientras ella recitaba poesía en un evento celebrado en la vecina calle Gozlin. Después volverían muchas veces.
«Un recital de poesía, se burló, ¡qué aburrimiento! Di por hecho que detestaba la poesía. Esperó en el café Le Mabillon, en el boulevard Saint-Germain, cerca de la iglesia, y nos reunimos con él después del recital. Estaba delgado como un espárrago, parecía un argelino, con cabello rizado y bigote, y a mí nunca me habían gustado los hombres con bigote».
Tachia Quintana, citada en Gerald Martin, Gabriel García Márquez: una vida (Madrid, Debate, 2009)
