
En su primera visita a París, en 1926, Dalí asiste junto a Buñuel a las tertulias que los artistas españoles celebran en el café de la Rotonde.
Sentado bajo el sol de primavera de la terraza de la famosa rotonda en Montparnasse, Picasso y un grupo de sus ardientes admiradores sorbían la absenta con el familiar rito de la cucharadita de azúcar.
(Ensayos 1, vol. 4 , p. 496)