En 1915, Diego Rivera y Picasso se habían enemistado luego de que Rivera acusó al malagueño de plagiar uno de sus cuadros.
En un dibujo Picasso manifiesta la ruptura entre ambos: Se ve a Picasso llevando una caja de chocolates a Gaby; cuando Diego llegue a esta isleta del bulevar Edgard Quinet, él ya estará gozando con su novia, el perro habrá desaparecido, y sólo quedará el excremento.
Jaime Moreno Villarreal