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Residencia en París de Alejo Carpentier y otros cubanos a finales de los años veinte, principios de los treinta.
En el curso del año 1930, vi llegar al Hotel du Maine, donde yo residía en París, a un extraordinario Varèse, vestido con pantalones de rayas negras y grises parecidas a las que llevan los vendedores […] con un chaleco de la misma tela, y corbata plastrón, también gris.
«Abandono la música», declaró Varèse. «La música no le interesa a nadie hoy día. Me vuelvo businessman. No te rías. Tengo cabeza para los negocios. […] Con mis conocimientos de matemáticas y de física podré triunfar». Poco después partía con su esposa a Estados Unidos.
(Alejo Carpentier, Ese músico que llevo dentro, París, julio de 1967)
