Debemos a Pío Baroja un episodio que se ha interpretado (sin total fundamento) como una prueba del temprano compromiso político del poeta. Tal y como lo relata el novelista vasco, él y los Machado asistieron, por curiosidad, y sin participación activa, a unas manifestaciones a favor de Dreyfus y en contra de un violento grupo antisemita, la Liga de Patriotas que se había encerrado en el Hotel Fort Chabrol (en la fotografía). Huyendo de una carga policial a caballo, siempre según Baroja, Antonio perdió el tacón de un zapato que milagrosamente encontró y lo sujetó dando golpes con el pie en la acera.
Durante algunos días, en la calle de Chabrol, que está entre el boulevard Magenta y la calle de Lafayette, la Policía y la Guardia Republicana patrullaban la calle, que presentaba un aspecto guerrero (…) Al salir de un portal vi al poeta Antonio Machado cojeando. Machado que, como yo, andaba no muy bien de indumentaria, venía corriendo huyendo de la caballería republicana.
Pío Baroja, Desde la última vuelta del camino