Como embajador de México en Francia entre 1975 y 1977, Carlos Fuentes residió en la Embajada de la avenida du Président Wilson y trabajó en las oficinas de la rue de Longchamp.
Diplomático de carrera e hijo de diplomático, acepta el nombramiento de embajador como homenaje a la memoria de su padre, convicción de servicio a la diplomacia mexicana, y como apuesta por el civilismo y la reforma política y social en México después del trauma de Tlatelolco. Gana las dos primeras apuestas; la tercera la gana y la pierde a medias, según ha reconocido.
En 1977 dimite como embajador en Francia en protesta contra el nombramiento del expresidente de México Gustavo Díaz Ordaz como primer embajador de México en España después de la muerte de Franco.
Memorioso, recuerda en su novela Una familia lejana la anterior presencia de Octavio Paz en esas oficinas:
En el boulevard de La Tour Maubourg oiré la voz de Pablo Neruda, en la rue de Longchamp la de Octavio Paz.
(Carlos Fuentes, Una familia lejana, p. 211)