Gracias a su amistad con el filósofo mexicano Manuel Cabrera, primer director de la Casa de México que acababa de ser inaugurada en la Cité Internationale Universitaire, Bergamín residió durante los cuatro años de su primer exilio parisino, desde junio de 1955 hasta diciembre de 1958, en esta residencia, recién inaugurada, en lo que él llamaba una «celda» para estudiantes.
«De manera coherente con mi vida, viví casi todo el tiempo en la Maison du Mexique. Su director en ese momento, Cabrera -joven filosofo muy querido- me dijo: Te vas a quedar aquí. Y yo acepté. Permanecí allí durante casi cuatro años y fue muy bueno para mí porque, aceptado como estudiante, de golpe rejuvenecí mucho»
«Entretiens avec un fantôme. Les confidences de l´écrivain espagnol José Bergamín», recopilación de André Camp. ORTF 1965.
«Os escribo desde mi «celda» de la Maison du Mexique, en la Cité Universitaire de París donde vivo en compañía de la buena amistad mexicana que desde 1936 nos ha socorrido en nuestro exilio, en nuestro peregrinaje de exiliados».
Lettre à Albert Béguin. Esprit, nº 242, septembre 1956, p.227-232