El matemático José María de Lanz, amigo de Marchena y del también exiliado en París y padre de la independencia de Venezuela, Francisco de Miranda, decidió quedarse en la ciudad a pesar del Terror, movido por más por la pasión que le unía a su futura esposa que por razones estrictamente políticas.
«El 23 de julio de 1793, Lanz expresará al embajador español su indiferencia ante las posibles represalias administrativas y la tranquilidad espiritual que en pleno Terror disfrutaba en París. Todo indica que las autoridades terroristas no molestaron a nuestro compatriota».
Seis españoles en la revolución francesa, de Juan Francisco Fuentes